La presión internacional sobre el gobierno de Nicaragua aumentó luego que Estados Unidos describió la represión del presidente Daniel Ortega contra la oposición como una «campaña del terror» que, según las Naciones Unidas (ONU), significa que las elecciones de noviembre no son libres ni justas.
El gobierno de Ortega arrestó a al menos 14 políticos de oposición en las últimas semanas, entre ellos, cinco candidatos a la Presidencia del país, antes de las elecciones en las que el actual mandatario disputará por un cuarto mandato consecutivo.
«Condenamos esta actual campaña del terror en los términos más inequívocos», dijo el portavoz del Departamento de Estados de Estados Unidos, Ned Price a periodistas. El alto cargo añadió que van a «utilizar todas las herramientas diplomáticas y económicas a nuestra disposición» para promover elecciones justas.
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo en el Consejo de Derechos Humanos que la situación se está deteriorando rápidamente y calificó los arrestos de opositores como «arbitrarios».
«Esto hace que sea improbable que el pueblo de Nicaragua pueda ejercer totalmente sus derechos políticos en las elecciones», dijo Bachelet, apuntando que las recomendaciones de su oficina al gobierno de Nicaragua en los últimos años no fueron implementadas.
En un comunicado conjunto, 59 países afirmaron que comparten las preocupaciones expresadas por Bachelet, y ponen en duda que Nicaragua pueda promover elecciones justas.

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