El Banco Central reveló la determinación alcanzada durante su Reunión de Política Monetaria (RPM) señalando que «en coherencia con un escenario en línea con lo previsto, el Consejo considera adecuado mantener la TPM en 11,25% hasta que el estado de la macroeconomía indique que el proceso de convergencia de la inflación a la meta de 3% se haya consolidado».
Acto seguido, sostuvo que «reafirma su compromiso de actuar con flexibilidad en caso de que alguno de los riesgos internos o externos se concrete y las condiciones macroeconómicas así lo requieran».
Respecto al alza de precios, el comunicado del ente emisor dice que «la inflación ha descendido en varias economías. No obstante, los indicadores subyacentes permanecen en niveles elevados, señalando los riesgos en torno a su convergencia».
En ese sentido, observa que «los principales bancos centrales volvieron a subir sus tasas de referencia. En este contexto, la Reserva Federal ha dado señales de una eventual pausa, mientras que el Banco Central Europeo ha indicado que aún debe realizar alzas. Las perspectivas de crecimiento mundial para este año se mantienen débiles«.
«Las condiciones financieras globales no han mostrado cambios importantes en el último mes, aunque la incertidumbre respecto del escenario global sigue siendo elevada«, agrega y apunta a «los temores sobre el desempeño de la economía mundial y, en el mundo desarrollado, las potenciales vulnerabilidades de algunos bancos y la evolución del crédito».
En este contexto, desde la última RPM, «las monedas se han apreciado respecto del dólar y las bolsas han tenido leves alzas. Las tasas de interés de largo plazo, en general, han exhibido alzas acotadas en las economías desarrolladas y descensos en las emergentes. Los precios de las materias primas han disminuido».
Y ejemplifica comparando con la última Reunión «el precio del petróleo cae algo más de 8%, baja que se ubica en torno a 5,5% para el cobre».
Respecto al escenario del mercado financiero local, observa que «el tipo de cambio nominal se ubica en niveles algo menores que los de la última Reunión, mientras que el IPSA aumentó. Las tasas de interés de largo plazo se encuentran en niveles algo mayores. El crédito bancario sigue acotado».
En cuanto a los últimos índices de actividad, señala que «el primer trimestre —basado en los Imacec—, da cuenta de que, más allá del mal resultado de la minería, el desempeño de la economía estuvo acorde con lo esperado en el IPoM de marzo».
De esta forma, desentrañando los principales indicadores macroeconómicos, observa que «por el lado de la demanda, los indicadores vinculados al consumo han continuado ajustándose a la baja, mientras que los de inversión ratifican su debilidad. En el mercado laboral, la tasa de desempleo aumentó a 8,8% en el trimestre móvil terminado en marzo, explicado, entre otros factores, por la reducción de la ocupación y el aumento de la fuerza de trabajo. Los salarios reales siguen recuperándose».
A lo anterior, añade que «en este contexto, la percepción de la economía por parte de empresas y hogares continúa en terreno pesimista«.
Por último, analizando el comportamiento de al alza de precios a nivel local, explica «la inflación total y subyacente han evolucionado conforme con lo proyectado en el IPoM de marzo. En abril, la variación anual del IPC disminuyó hasta 9,9%. La parte subyacente también mostró un descenso en su variación anual —10,3% en abril—, aunque este ha sido menor que lo observado en la inflación total.
De esta forma, concluye que «la mayoría de las medidas de expectativas de inflación a dos años plazo continúan por sobre 3%».
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