22 de febrero 2025

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El papa Francisco, quien permanece hospitalizado en el Gemelli de Roma desde hace una semana debido a una neumonía bilateral, muestra signos de mejoría. Sin embargo, en el Vaticano, los cardenales han comenzado a discutir la posibilidad de que el pontífice considere una renuncia.

A lo largo de su pontificado, el papa argentino ha abordado en diversas ocasiones la posibilidad de abdicar, siguiendo el precedente de Benedicto XVI, señalando que “había abierto la puerta de los papas eméritos”. No obstante, también ha manifestado su postura sobre el tema al advertir que “sin embargo, la dimisión de un papa no debería convertirse, por así decirlo, en una moda, en algo normal”, insistiendo en que “el ministerio del Papa es ‘ad vitam’ (de por vida)”.

A pesar de su convalecencia, Francisco continúa desempeñando algunas funciones esenciales, como la firma de documentos relacionados con renuncias y nombramientos episcopales.

Uno de los primeros en plantear públicamente la posibilidad de una renuncia fue el cardenal Gianfranco Ravasi, ministro de Cultura del Vaticano. En declaraciones recientes, señaló que el papa podría dimitir “si tuviera dificultades graves para cumplir su servicio”, aunque aseguró que “su gran deseo es cumplir al menos el Jubileo”.

Ravasi reafirmó esta postura en una entrevista con el Corriere della Sera, donde expresó: “Creo que sí. Si tuviera serias dificultades para cumplir su servicio, tomará su propia decisión. Será él quien decida, por supuesto, tal vez pida consejo, pero la última palabra la evaluará por sí mismo, en conciencia“.

El debate se ha extendido entre otros miembros de la Iglesia. Consultado sobre este asunto, el cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, comentó: “Todo es posible, pero no sé nada al respecto”. En la misma línea, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, afirmó: “No soy profeta ni adivino. En la Iglesia está todo previsto, la muerte y la renuncia. Ya lo hizo Benedicto. Yo no sé nada, no he hablado con él.(…). No sé lo que hará el papa, pero invito a vivir el presente, acoger lo que venga, y nunca sentiremos miedo”.

Por su parte, el cardenal Jean-Claude Hollerich, cercano al papa Francisco, rechazó alimentar especulaciones: “No es respetuoso transmitir estos rumores. Que dimita o no dependerá de cómo se recupere el papa de su enfermedad. Él ya ha dicho que si deja de estar en condiciones, se irá. La decisión corresponde sólo a Francisco”. En sus declaraciones a medios italianos, también expresó su confianza en la recuperación del pontífice: “Confío en que se recupere, está en buenas manos. Sin embargo, espero que, una vez que reciba el alta, pueda dedicarse más tiempo a sí mismo. Se ha descuidado. Todos necesitamos cuidarnos un poco más”.

El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, negó rotundamente cualquier plan de dimisión en una entrevista con La Repubblica: “El Papa se está recuperando bien, no estamos inventando cosas. No se debe hablar de dimisión, dentro de unos días volverá al Vaticano”. También desmintió la existencia de reuniones entre los cardenales para abordar este asunto: “El decano no ha tenido ninguna reunión de cardenales”.

Mientras tanto, el Corriere della Sera publicó un artículo en el que aseguró que el papa Francisco habría bromeado con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, única visita que ha recibido hasta ahora en el hospital: “Sé que alguno por ahí dice que ha llegado mi hora, ¡me están echando el mal ojo!”.

El pontífice ya había hecho referencia a estas especulaciones en el pasado, afirmando tras otra de sus hospitalizaciones: “Cuando el papa está enfermo, soplan vientos de cónclave”.