19 de abril 2024

AQUÍ Y AHORA

NOTICIAS

Para llevar a la práctica el derecho a ser oídos que tienen todos los niños, niñas y adolescentes (NNA), y con el objetivo de ir abriéndoles un espacio de participación efectiva, la Defensoría de la Niñez realizó el estudio “Efectos de la Crisis Social en NNA”, donde ellos y ellas son quienes alzan la voz sobre sus vivencias frente a estos hechos.

El Estudio, que fue comentado por dos adolescentes Consejeros de la Defensoría de la Niñez y por la Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, se realizó luego que, tras el estallido social que se inició hace casi un año, la institución decidiera identificar y analizar los efectos que tuvo el establecimiento del estado de excepción en octubre de 2019, y la posterior crisis social, en los niños, niñas y adolescentes que viven en Chile. Para esto, trabajó con la Universidad de Chile, a través de su Programa de Estudios Interdisciplinarios en Infancias de la Facultad de Ciencias Sociales.

“Los principales fines del estudio fueron escuchar, atender y reconocer las afectaciones que las vidas de los niños, niñas y adolescentes sufrieron en este contexto, dando espacio de incidencia a sus voces y, en virtud de sus testimonios y las exigencias que imponen los derechos humanos, generar propuestas al Estado para la prevencion de nuevas vulneraciones a sus derechos, la restitución de éstos y la reparación de los efectos negativos observados en ellas y ellos”, dice Patricia Muñoz, Defensora de la Niñez.

Este estudio cualitativo evidenció que los niños, niñas y adolescentes presentaron síntomas de estrés post-traumático, sobre todo en territorios expuestos a altos niveles de violencia y que conocen y son explícitos en relatar los diferentes abusos por parte de la policía y los militares durante el estallido social.

Más en general, este trabajo revela que la crisis social ha afectado a NNA, especialmente en la interrupción de sus rutinas y la exposición a situaciones de violencia. La experiencia de violencia fue identificada en todos los rangos etarios de niños, niñas y adolescentes, siendo más predominante en las y los adolescentes.

Sobre el futuro, ellas y ellos aspiran a que una vuelta a la normalidad en el país debe acompañarse de cambios que mejoren la situación de vida y los problemas que iniciaron la crisis.

Recomendaciones para políticas públicas

El estudio releva aspectos cruciales, y entrega diversas recomendaciones que permitan el diseño e implementación de políticas públicas con enfoque de derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, donde destaca la importancia del actuar de los distintos órganos del Estado, como garantes de derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes, al tener no sólo las competencias, sino que la obligación, de generar cambios que promuevan y difundan el reconocimiento y tratamiento de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho y, además, que ejecuten acciones directas en orden a la restitución y reparación de las distintas vulneraciones de derechos provocadas por el estallido social, situación que se agrava con la crisis sanitaria actual.

En ese sentido, y relevando la importancia de la participación de niños, niñas y adolescentes, se recomendó a la Subsecretaría de la Niñez que se desarrollen acciones para sensibilizar y concientizar a la comunidad local y nacional sobre la importancia del reconocimiento del derecho a expresar la opinión a niños, niñas y adolescentes y que estas sean tomadas en cuenta, así como a ser consultados en aquellas materias que los involucran y afectan; promover una política educativa que permita en las niñas, niños y adolescentes el desarrollo de herramientas y capacidades para el diálogo, el pensamiento crítico, la tolerancia y el respeto por la diferencia y promover espacios de participación efectiva para niñas, niñas y adolescentes en sus contextos locales a través de mecanismos que les permitan vincularse e incidir en aquellas medidas y políticas locales o nacionales que afectan a su comunidad.

En el estudio participaron 73 niños, niñas y adolescentes, entre 4 y 17 años, a través de dos talleres, uno con actividades lúdico-gráficas y otro de conversación y profundización de sus opiniones. Esta metodología permitió relevar sus voces, por medios verbales y visuales, rescatando la importancia de su participación.