23 de noviembre 2024

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Esta jornada, el presidente Gabriel Boric anunciará el programa “Copago Cero” que busca extender la eliminación del copago institucional para todos los beneficiarios de Fonasa que estén sujetos a los tramos C y D, una de las primeras medidas que el gobierno ha calificado como el camino hacia un sistema universal de salud.

¿Qué implica este primer paso?

Lo anunciado por el mandatario en la Cuenta Pública del pasado 1 de junio, beneficiará a más de 6 millones de afiliados al Fondo Nacional de Salud (pertenecientes a los tramos C y D), quienes actualmente pagan una atención del 10% y 20% y que lo restante es costeado por la institución. Con ello, el propósito es que el Estado subvencione el 100% de las prestaciones, para este grupo que posee un ingreso imponible mensual desde los 380 mil pesos.

 Opinión de las autoridades

En Veritas Capitur recurrimos a la voz de distintas autoridades y exautoridades de salud para conocer su visión ante esta medida anunciada por el ejecutivo.

El exministro de Salud del gobierno de Sebastián Piñera, Jaime Mañalich, afirmó que si bien, hay un avance significativo en el tema de la universalización de la salud primaria, esta resolución es “regresiva”.

“Significa que personas más vulnerables, sin ingreso que corresponde a los segmentos de Fonasa A y B, que son los que deberían ser el enfoco esencial de la Atención Pública de Salud en este momento van a verse forzados a esperar más producto de que van a llegar más personas a atenderse gratuitamente en la misma red”.

En ese sentido, yo creo que en la situación de precariedad en la que estamos hoy día, de listas de espera enormes, lo ideal hubiese sido avanzar en la gratuidad para Fonasa libre elección, es decir, para el grupo de Fonasa A quienes hoy no pueden comprar un bono de libre elección, pudieran haberlo hecho incluso con subsidio del Estado para resolver urgentemente el problema de salud que les aqueja por mucho tiempo”.

Osvaldo Artaza, exministro de Salud del gobierno de Ricardo Lagos, plantea que “es una muy buena noticia, porque tiene un doble impacto”.

“Por una parte termina con una barrera de acceso económica para un grupo significativo de personas, que, aunque el copago sea relativamente bajo, para muchas familias se convierte en una importante barrera y por otro lado, permite reorientar una cantidad muy importante de trabajadores de la salud a funciones distintas a recaudatorios que son más significativas y que permiten mejorar la calidad de la atención a los usuarios”.

Una línea similar abordar el diputado Tomás Lagomarsino, presidente de la comisión de Salud de la cámara.

 “Es un cambio muy beneficioso para nuestro sistema de salud. Tiene tres grandes beneficios: Las personas que Fonasa C y D no tendrán que realizar copagos para atenderse en el sistema público de salud, los hospitales públicos no tendrán que estar cobrando estos montos de dinero que muchas veces no son pagados y que se transforman en deuda hospitalaria. De hecho, el no pago de los copagos del 10% y 20% es una de las fuentes importantes de deuda hospitalaria en nuestro país. Por otra parte, esto es beneficioso producto de que finalmente muchas de estas deudas que se adquieren por no pago de copagos, se transfiere desde el ministerio de Salud como remesas de recursos a los hospitales a fines de año, entonces facilita y desburocratiza el financiamiento de los hospitales”.

El diputado y también integrante de la comisión de Salud, Eric Aedo (DC), plantea que este sistema debe ser complementado con prestadores privados de salud.

“El sistema público hoy no es capaz de dar atención a toda la población chilena. Hay más de 350 mil cirugías en lista de espera hoy en el servicio público, pero valoramos este primer paso que permitirá avanzar hacia un seguro universal de salud que siempre deberá estar acompañado de prestadores privados de salud porque la propia pandemia demostró que un sistema fuerte de salud pública acompañado de un sistema fuerte de salud privada está en condiciones de dar seguridad sanitaria a toda la población de Chile”.