23 de noviembre 2024

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Una pericia del Ministerio Público boliviano concluyó este martes que no hubo manipulación de las elecciones de 2019, cuestionamientos que desencadenaron un estallido social que dejó 35 muertos y la renuncia del entonces presidente Evo Morales.

El procurador general, Juan Lanchipa, leyó las conclusiones de una comisión de promotores que contó con el apoyo del Grupo de Investigación Deep Tech Lab de Bisite, de la Fundación General de la Universidad de Salamanca. Lanchipa señaló que la investigación «demostró la inexistencia de manipulación de datos que comprueben una actuación dolosa que habría ocurrido en los resultados del proceso electoral de octubre de 2019».

En esa ocasión la oposición denunció que Morales, en el poder desde 2006 y con la aspiración de un cuarto mandato, incurrió en fraude electoral y envolvió a autoridades del Tribunal Superior Electoral (TSE) en ese esfuerzo. Además los opositores promovieron una serie de protestas en todo el país, con paros y bloqueos y la destrucción y quema de varios tribunales departamentales electorales.

Una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) de diciembre de 2019, apunta que detectó «una manipulación dolosa de las elecciones bolivianas». La pericia del Ministerio Público de Bolivia indicó que «hubo negligencia técnica por parte de la empresa privada Neotec, responsable del sistema de conteo rápido de votos», pero sin impacto en la contabilidad oficial de los votos. El sistema fue paralizado por el TSE por algunos días sin una explicación clara, lo que aumentó las sospechas de la oposición de que había ocurrido un fraude electoral.