24 de noviembre 2024

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Un llamado a reforzar las medidas de prevención para evitar contagios por el virus Hanta durante este verano 2022 realizó la académica de la Universidad de Talca, Barbra Fernández, quien recordó que no existe una vacuna para esta mortal enfermedad y que la única medida posible de adoptar es la prevención, cuya principal estrategia es realizar una limpieza y ventilación de mínimo 30 minutos al ingresar a espacios, viviendas o cabañas que han estado deshabitadas en el último tiempo.

La Magíster en Salud Pública agregó que la vía de transmisión más frecuente es la inhalación, el contacto con las conjuntivas y la ingestión de agua o alimentos contaminados con saliva o excreciones de roedores infectados.  La medida de prevención crucial es evitar el contacto del hombre, sus alimentos y viviendas con los roedores y sus excreciones, advirtió.

La docente de la Escuela de Enfermería de la UTalca señaló que, junto con el desmalezado de sectores rurales, también es importante mantener la comida, la basura, la leña, los alimentos y granos en contenedores, envases limpios y con tapas seguras.

“Es importante realizar una desinfección con mascarilla, guantes y cloro sobre todas aquellas superficies en las que es posible que hayan transitado roedores.  Llamamos a no bajar la guardia para evitar el contagio en nuestro país de esta enfermedad, que todavía está actual, y que puede ser letal para los chilenos que viven en las regiones entre Atacama y La Araucanía”, señaló Barbra Fernández.

“Hay que tener especial cuidado con esta enfermedad, porque tiene una letalidad de aproximadamente el 30%.  Por ello, debemos seguir los protocolos y recomendaciones que establece el Ministerio de Salud”, afirmó la académica de la universidad maulina.

Los consejos más efectivos para evitar la transmisión del virus son ventilar durante 30 minutos antes de ingresar a lugares cerrados por mucho tiempo, desinfectar superficies con cloro; mantener el exterior de las casas y bodegas libres de malezas y objetos; caminar sólo por senderos habilitados; mantener alimentos y agua protegidos de los ratones; guardar los alimentos en recipientes cerrados sin dejar restos de comida sobre mesas o muebles, y guardar la basura en recipientes con tapa. Si no hay recolección de basura, esta debe ser enterrada a 50 cm. de profundidad y a 50 metros de la vivienda.

Otras medidas preventivas son desratizar y sellar orificios en casas y bodegas para evitar el acceso de roedores; mantener pozos de agua tapados; evitar recolectar frutos silvestres y hierbas medicinales en lugares donde no llegue luz solar, y consumirlos siempre lavados.  Otras recomendaciones importantes son mantener campos limpios y alrededores de las casas sin pastos largos, ordenar y guardar leña lejos de la casa, y no ingresar a lugares como bodegas y viviendas que han estado cerrados por mucho tiempo, sin antes ventilarlos por media hora y realizar una adecuada limpieza utilizando guantes y mascarillas, además de rociar superficies y pisos con agua con cloro.

Para las personas que saldrán de camping este verano, el Ministerio de Salud recomienda elegir espacios habilitados, limpios y libres de matorrales y pastizales; guardar alimentos en envases resistentes con tapa; caminar sólo por senderos habilitados; usar carpas con piso, cierre y sin agujeros; no dejar ollas o utensilios al alcance de los ratones; mantener la basura en recipientes cerrados, y si es necesario enterrada; y proteger animales como gatos, lechuzas, zorros y culebras, porque son depredadores naturales de los ratones.

El Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH) es una enfermedad infecciosa caracterizada por síntomas generales como fiebre alta, molestias musculares, tos y dolor de cabeza.  Después de varios días, los problemas respiratorios empeoran, los pulmones pueden llenarse de líquido y las víctimas pueden morir por insuficiencia respiratoria o shock.  De ahí la gravedad y el riesgo.

El hábitat natural del Hantavirus es un roedor silvestre, denominado Oligoryzomys longicaudatus (ratón colilargo), que se encuentra distribuido geográficamente desde el desierto de Atacama hasta el extremo austral de La Araucanía.

No hay vacuna para la enfermedad, de manera que la clave está en la prevención. Tampoco existe tratamiento específico, por lo que los médicos deben atender los síntomas de cada paciente de manera particular.