El jefe de la cartera de Hacienda, Mario Marcel, se tomó un tiempo en la cumbre ministerial de la OCDE a la que asiste, para comentar los últimos índices de inflación y el informe de política monetaria.
Inflación
Respecto al IPC que registró una variación mensual de 1,2% en mayo, manifestó que «es probable que con las decisiones que ya ha tomado el Banco Central, se va a ir completando el ajuste necesario para reducir las presiones internas sobre la inflación. De hecho, la entidad emisora señala que quedaría algún incremento de tasa pero que este sería menor a los 75 puntos base».
El ministro observa que el Banco Central inició el ajuste monetario mucho antes que otros países en el mundo y por tanto “está más cerca de completarlo que otros países que están en una etapa inicial”.
Por lo que es importante “aferrarse” al enfoque de política monetaria que tiene el ente emisor «que es fijarse en la inflación de mediano plazo, no el último dato». Lo que significa «tomar en cuentas los orígenes de las presiones sobre los precios», y por tanto «no someter así a la economía chilena a una contracción excesiva a la vista de cuáles son los factores que están terminando por imponerse en la dinámica inflacionaria».
Crecimiento
El cambio en la cifras de crecimiento, básicamente, «refleja una cierta redistribución de la actividad entre 2022 y 2023. No cambia mucho el panorama para esos dos años juntos, pero el hecho de que tengamos la perspectiva de algunos trimestres con caídas de actividad y que tengamos la perspectiva de un 2023 que pudiera tener un crecimiento negativo, nos alienta a aumentar o intensificar los esfuerzos por estimular la inversión partiendo por la inversión pública que es lo que tenemos más a mano. Trabajar en medidas para eliminar incertidumbre en la economía. Facilitar los procesos de inversión privada. Y también seguir una política fiscal que sea consistente con estos objetivos de mediano plazo».
Todo esto, de acuerdo al ministro, confirma que el país se enfrenta internacionalmente a un shock contractivo. “Obviamente no es contractivo a nivel de provocar una recesión como la que vivió el mundo producto de la crisis del COVID-19, pero si contractivo en términos de reducir las perspectiva de crecimiento, incluyendo tanto a países de Europa como a China, por cómo ha estado manejando la pandemia, y otros indicadores que advierten una pérdida de la capacidad de crecimiento”.
Por último, el ministro además señaló que la OCDE está reajustando a la baja y de forma muy importante el crecimiento de la economía mundial para este año y el 2023 producto, principalmente, del conflicto entre Rusia y Ucrania, que afecta al abastecimiento energético en Europa.
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