26 de diciembre 2024

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La migración es un fenómeno creciente en Chile, en la región y en el mundo.

Las cifras oficiales de migración regular no dan cuenta de la realidad en Chile, pues esconden el sustantivo aumento del ingreso de personas por paso no habilitado (IPNH), constante desde el 2010. En dicho año ingresaron 415 personas, luego el 2015 lo hicieron 1.779, en el 2019 lo hicieron 8.048, el 2020 ingresaron 16.848, para llegar con la cifra récord de 23.673 sólo entre enero y julio de 2021 y que podemos proyectar hasta fin de año con un número histórico, sin precedentes y preocupante.

De estos ingresos, los que mayor incremento registran desde el 2019 corresponden a las personas provenientes de Venezuela y Haití, ambos países con crisis políticas y sociales de gran envergadura. En cuanto a las personas provenientes de Venezuela, en el 2018 se registraron 101 IPNH y en 2021 sólo hasta julio van 17.914, mientras que desde Haití se registraron 19 en 2018, llegando a 800 hasta el mes de julio. También llama la atención el número de ingresos en ciudadanos bolivianos en el primer semestre 2021.

Estos registros, construidos por el Área de Estudios del SJM, a partir de los datos proporcionados por la Policía de Investigaciones (PDI) a través de Transparencia, sólo consideran el registro de personas que se autodenuncian y las que son fiscalizadas (y denunciadas) por la institución, pero no dan cuenta del creciente número de personas que ingresan sin pasar por alguno de estos mecanismos y permanecen “invisibles” para la institucionalidad y políticas del país, sin documentación. Esa cifra, que no ha podido ser sujeta a medición, aumenta de la mano del incremento en las medidas restrictivas con expulsiones masivas e ilegales, como también por la falta de respuestas institucionales.

“Desde la experiencia del SJM y organizaciones sociales que abordan la situación de personas migrantes en situación de altísima vulnerabilidad, podemos decir con seguridad que ellas y ellos no caminan cientos de kilómetros desde sus países de origen “por gusto”; muchos, hoy abandonados con sus familia en terminales, calles o plazas en varias de nuestras ciudades, arriesgaron sus vidas para obtener seguridad y/o sobrevivir aquí y hoy buscan reunirse con familiares o encontrar trabajos. Si no enfrentamos esta situación, de manera directa, articulando respuestas regionales y coordinadas que den cauce a esta demanda humanitaria y ocupando los instrumentos que poseemos para el ingreso regular, sólo empeorarán las condiciones de vulnerabilidad y contaremos más personas migrantes fallecidas en el camino”, señala Waleska Ureta, Directora Nacional de SJM.