El Ministerio de Obras Públicas reaccionó a la solicitud de quiebra de la constructora Claro, Vicuña Valenzuela (CVV), que apuntó sus dardos contra la cartera señalando que «la compañía debe avanzar hacia su liquidación afectada por los cambios estructurales que enfrenta la industria de las construcción y la burocracia de los mandantes públicos, en especial del Ministerio de Obras Públicas, para gestionar pagos, fracasando los intentos de solución extrajudiciales».
Este viernes, mediante un comunicado, el jefe del MOP, Juan Carlo García, negó la acusación señalando que «quiero desmentir categóricamente que la situación de esta empresa se debe a incumplimientos por parte del Ministerio de Obras Públicas».
El comunicado señala que actualmente mantiene 10 contratos vigentes y de ellos, tres están por terminar. «Si bien intentamos acercar posiciones con la empresa, para buscar en conjunto soluciones que permitiera continuar con las obras, esta no concurrió a nuestra invitación».
La cartera asegura que pagó en total más de $8 mil millones y que de igual forma CVV «mantuvo bajos niveles de rendimiento, incumpliendo con sus compromisos en las obras».
Además, contrataca y se defiende apuntando a incumplimientos laborales, afirmando que en la compañía «a septiembre había cerca de 450 personas prestando servicios en los contratos vigentes, a quienes la empresa no estaba pagando sus sueldos».
Respecto a las acusaciones de la constructora que señalaban retención de boletas de garantía, respondió que «como MOP tenemos la facultad que otorga el Reglamento de Contratación de Obras Públicas para no dar curso a los estados de pago, reteniendo sumas, cuando el contratista no acredite el pago oportuno de las remuneraciones, imposiciones previsionales y cotizaciones».
Así mismo precisó que «quiero ser claro: hay empresas que en esta crisis se la han jugado por llegar a soluciones en conjunto con el MOP para terminar las obras. Sin embargo, lamentablemente, hay otros casos donde se intenta responsabilizar y hacer pagar el Estados por crisis globales como la pandemia o el alza de los materiales desconociendo su propia mala gestión».
En ese sentido, añadió que «aquí las empresas tienen también la responsabilidad de tomar los resguardos oportunos, en los tiempos de bonanza, para enfrentar los momentos difíciles y así al menos poder compartir los impactos frente a una crisis».
«Ahora, nuestra principal preocupación es retomar estas 10 obras a la brevedad y, para este propósito, ya estamos trabajando para ofrecer soluciones a todas las regiones afectadas por el abandono de obras de la empresa», concluyó.
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