24 de noviembre 2024

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Este lunes se conmemoró el Día de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, la que en estricto rigor corresponde al 31 de octubre.

En el Palacio de La Moneda, y con la presencia de representantes del mundo evangélico, el Presidente Gabriel Boric destacó la labor de las iglesias evangélicas y protestantes en Chile, la que representa a millones de chilenos, junto con también valorar al Estado laico, la libertad de culto y pensamiento que «sabemos son tan importantes, no solamente para ustedes, sino para toda la sociedad», declaró el mandatario.

En ese mismo sentido, expresó que «en momentos en donde en algunas partes esta se encuentra amenazada o donde representantes de culto sienten amenazados su derecho a creer su derecho a manifestar sus creencias, acá venimos a reivindicar esa libertad de manera explícita».

Asimismo, manifestó que, a su juicio, la invitación que se recoge desde este mundo, para creyentes o no, es «a darnos un momento de reflexión sobre nuestros propios actos y sobre cómo podríamos ser mejores».

«No convirtamos de alguna manera a la misma República en una misa sin Dios, en el sentido de darle sentido a los actos que llevamos adelante», sostuvo el Presidente.

Sobre esto último, el mandatario destacó a quienes «día a día tienden la mano a compatriotas que necesitan apoyo» y criticando de paso que éstos últimos «muchas veces han sido abandonados por el Estado».

En relación con lo anterior, el jefe de Estado reflexionó sobre «la tremenda pega en las cárceles. Qué importante, en un momento de desesperación, poder tener una perspectiva de futuro a través de la fe (…) acercarse a la fe permite una suerte de refugio dentro de ambientes que desgraciadamente son tan hostiles porque no estamos cumpliendo con nuestro deber». Y agregó el rol de la fe en la rehabilitación de drogas y alcohol.

Por último, también recordó el papel de las iglesias durante la dictadura y su lucha por los derechos humanos, expresando «no olvidamos la tremenda labor y la valentía de gente como la Pastora Juan Albornoz, del pastor Helmut Frenz y de tantos hombres y mujeres que trabajaron en el Comité Nacional de Ayuda de los Refugiados, en la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas, en el Comité Pro Paz, en la Confraternidad Cristiana de Iglesias, para ayudar a quienes en ese momento estaban siendo perseguidos por pensar diferente al poder de turno, tal como ustedes fueron perseguidos en su momento por pensar diferente al poder de turno».