23 de noviembre 2024

AQUÍ Y AHORA

NOTICIAS

Este miércoles, la Plataforma Evangélica Nacional (PLENA), la cual agrupa y representa a más del 80% del movimiento evangélico a nivel nacional, emitió una declaración donde expresa su molestia por los nombramientos del Alto Representante Protocolar de las Iglesias Evangélicas ante el gobierno y de la nueva Capellana de La Moneda, la obispa luterana, Izani Bruch.

Al respecto, afirman que «rechazamos rotundamente que uno de los representantes antes mencionados, sea apologista de las nuevas conductas y planteamientos del progresismo ideológico, que atentan las bases sustanciales de la Fe cristiana evangélica tales como: la conformación de la familia como base fundamental de la sociedad, el matrimonio que es complementario entre un hombre y una mujer».

Especialmente expresaron su desacuerdo del nombramiento de Izani Bruch, «quien es apologista del aborto, el feminismo y temas como el lesbianismo», temas que la iglesia evangélica no comparte.

Desde la organización solicitan al Estado que «la misma Iglesia determine quiénes serán sus representantes, liberando así al gobierno de la responsabilidad del nombramiento de personas para estas tareas que son de mucha importancia y representatividad».

En la misma línea, el convencional y pastor evangélico, Luciano Silva, expresó que «si bien es cierto, los nombramientos del delegado protocolar para las iglesias evangélicas y del capellán o capellana de la Moneda, tienen una fuerte carga política, en este caso lo considero un error grave…acá el gobierno ha puesto una capellana que no solo es una absoluta desconocida para este mundo, sino que además es defensora activista del feminismo y el aborto, que son una verdadera puñalada al corazón de las creencias evangélicas y de la mayoría de los verdaderos cristianos de Chile».

«Yo entiendo que el signo marxista cultural de este nuevo Gobierno sea levantar sus nuevos sujetos políticos en cargos que le corresponden al período de su mandato, pero hacerlo con un espacio relacionado a los evangélicos, solo se puede interpretar como una jugada política, que trata de hacer ver que en estos temas los evangélicos tienen una mirada diversa, lo que es una tremenda mentira, porque si bien hay grupos minoritarios evangélicos que defienden esas causas, de ninguna manera se trata de la gran mayoría», afirmó Silva.