18 de abril 2024

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46 días en huelga de hambre mantiene un ciudadano rumano en la sección de máxima seguridad en el penal de Rancagua, tras cuatro años de lucha legal para que el estado chileno proceda a su traslado a Bucarest, en concordancia con los postulados del Convenio de Estrasburgo.

En dicho tratado internacional, suscrito por el estado chileno desde 1998, se estipula que una persona extranjera condenada en otro país, pueda solicitar cumplir la pena en su nación de origen.

Este es el caso de George Dan Rusu (55), quien fue condenado por los tribunales chilenos y que libra una intensa batalla legal para alcanzar ese beneficio procesal.

Natalia Sepúlveda, abogada que representa a Dan Rusu en Chile, explica el tortuoso proceso  por el cual su representado ha transitado y que hoy lo forza a recurrir a una medida extrema, que pone en peligro su vida.

«Mi cliente desea acogerse al Convenio de Estrasburgo, tratado internacional que le permite a él y a todo extranjero  que cumple condena en territorio nacional, irse a su país a cumplir el resto de su pena, que no se extingue. Ambos países habían acordado su traslado, procedimiento del que debía hacerse cargo Interpol», explica Sepúlveda.

Corrían los tiempos de la pandemia y a fines de 2021, el traslado cárcel a cárcel estaba casi listo. «Se le hicieron los exámenes PCR, se le aisló y un día antes de partir, Rumania suspende el procedimiento. Acá yo hice las preguntas de rigor: ¿por qué? y ¿hasta cuándo? pero se nos informó que esa era la información que emanó de Interpol.

Sepúlveda indagó y le razón estaba centrada en el hecho que, de regreso a Rumania, el avión hacía escala en Holanda, país que anunció que si el avión de Dan Rusu tocaba la loza de su terminal, esa nación procedería a detenerlo a petición de Austria.

«Hemos reclamado y la autoridad administrativa no aplicó de manera correcta la ley y le quita el derecho a mi cliente, que ella misma le había otorgado. Más allá de su amplio prontuario criminal, Dan Rusu se lanza a una huelga de hambre desesperado, ya que siente que se le ha discriminado», indicó Sepúlveda, quien acota que los estragos de esa medida extrema le han costado 17 kilos de masa muscular.