22 de noviembre 2024

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Eduardo Macaya Zentilli llegó este martes hasta la audiencia de preparación de juicio oral, en donde fue recibido por manifestantes quienes lo increparon debido a las graves acusaciones en su contra.

Recordemos que Eduardo Macaya, padre del senador y presidente de la UDI Javier Macaya, se encuentra acusado de abuso sexual reiterado contra cuatro menores de edad.

Tras la audiencia, Macaya Zentillli, rompió el silencio y leyó una declaración ante la prensa, en la que afirmó que no había emitido comentario «para no afectar ni exponer a las niñas que están involucradas en los hechos investigados».

Sobre estas presunta víctimas, aseguró que son «las personas que más quiero, y que me he preocupado de cuidar a lo largo de todo este tiempo».

«Hoy debo romper este silencio porque confío en que el juicio oral que se inicia demostrará mi completa inocencia. Quiero decir que nunca buscamos una instancia de juicio abreviado o un acuerdo con el Ministerio Público, porque no estoy dispuesto a reconocer participación en hechos que nunca han ocurrido», sostuvo.

Asimismo, declaró que «hasta la fecha, el Ministerio Público ni siquiera ha solicitado mi declaración, menos la incautación de teléfonos ni aparatos electrónicos, como es lo usual en este tipo de casos, porque sabe que es más rentable hablar de ‘los abusos del padre de un senador de la UDI’ que investigar los hechos que motivaron a la denuncia».

«Este sesgo ha existido desde un principio y se ha mantenido constantemente, a lo largo de toda la investigación, no sólo por parte del Ministerio Público, sino también por parte de personas que se escudan en el anonimato de las redes sociales y dicen proteger a los niños, pero que día a día los exponen al escrutinio público y propenden y favorecen la victimización. Si no fuese por el cargo de mi hijo, esta causa no existiría. Por eso, me alegro de que se inicie este juicio oral para poder demostrar mi completa inocencia», añadió.

Además, insistió en dirigir sus dardos contra la Fiscalía, afirmando que «lo más grave es que este actuar no sólo me ha afectado a mí; ha tenido terribles consecuencias en mi entorno, en mi familia y, sobre todo, en tres niñas que nunca han denunciado abuso alguno, tampoco han declarado en ninguna instancia -ni familiar ni profesional- haber sido objeto de ninguna afectación. Respecto a ellas se ha procurado convertirlas en víctimas sin serlo y (…) no las han escuchado en ninguna de las instancias en que les ha tocado intervenir».

«En la investigación en mi contra ya consta -por otro tribunal de justicia especializado en familia- que las niñas no han sido objeto de afectación y el Ministerio Público e, insólitamente, otros aparatajes del Estado que nunca intervienen en estos casos, mañosamente han insistido en su acusación», concluyó.