25 de noviembre 2024

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El trabajo en terreno del cuarto Termómetro Social (TS4) se realizó entre el 15 de septiembre y el 9 de octubre, en esos días el 77% de los encuestados señaló llevar más de cuatro meses confinado, lo que ha repercutido en su estado de ánimo, pues el 31,9% de las personas señala estar peor respecto a las primeras semanas de la pandemia, el 23% no percibe diferencias, en cambio el 44,8% siente que su ánimo mejoró.

Igual que en la medición anterior (junio, 2020), el TS4 preguntó por molestias experimentadas las últimas dos semanas. Se observa que la falta de interés o de placer por hacer las cosas aumentó entre quienes la sienten “casi todos los días” de 7,4 a 15,5% y “algunos días” de 29,5 a 41,6%, en contraposición quienes “nunca” la han sentido bajaron de 52,1 a 33,3%; las dificultades relacionadas con el sueño persisten en la mayoría de la población y suben entre quienes las experimentan “casi todos los días” (de 23,9 a 26,1%) y “más de la mitad de los días” (7,7 a 10,1%); estar deprimido, bajoneado, irritado o desesperanzado son sensaciones que se mantienen presentes en casi dos tercios de la población, pero quienes las sienten más de la mitad de los días, pasaron de 4,4 a 11,9%. Al comparar con los resultados de junio, el estar preocupado o no poder controlar la preocupación se mantiene en niveles similares, en cambio quienes ya no sienten falta de compañía bajaron de 65,3 a 57,2%, aun así, más de la mitad de los encuestados señaló que nunca, pocas veces o algunas veces tiene la posibilidad de conversar sus problemas con familiares o amigos.

Durante los últimos meses, el Gobierno ha implementado distintas formas para paliar los efectos económicos de la crisis sanitaria, según el TS4 el bono clase media lo ha sido recibido el 11,7% de los entrevistados, y el bono de emergencia COVID-19 lo obtuvo el 16,1%, mientras que el 69,3% retiró el 10% de sus fondos de la AFP.

Respecto a las actividades que las personas harían -tomando las precauciones pertinentes- destaca que sobre el 70% está dispuesto a visitar casas de amigos o familiares o ir a parques, en contraposición con menos del 30% que acudiría a centros deportivos o cines y casi el 35% que asistiría a colegios, universidades u otros centros de educación.

En el ámbito de la convivencia social, el 86,5% de los encuestados perciben bastante o mucho conflicto en el país, la cifra se eleva a 93,9% cuando se trata de la percepción acerca del conflicto entre el Estado y el pueblo mapuche. En este contexto, el 88,9% cree que ocurrirá un nuevo estallido social.

Los datos del Termómetro Social reflejan la crisis de confianza que atraviesa la ciudadanía. Al comparar con el TS3, el TS4 arroja que sólo mejoró la confianza en el Ministro de Salud y a pesar de que el Colegio Médico muestra una baja sigue siendo en quien más confían las personas, FF.AA. y Carabineros junto con los alcaldes bajaron, mientras el Presidente y el Congreso inspiran los menores niveles de confianza. Por otra parte, los profesionales de la educación y de la salud mental son los que generan mayor confianza, en el otro extremo, los profesionales de las comunicaciones inspiran menos confianza.

Estos datos se vinculan con la pregunta sobre la confianza en las fuentes de información: el 60,8% de los entrevistados no confía en la televisión, el 42,7% no confía en las redes sociales, sobre el 30% no confía en sitios en Internet, diarios ni radios. No obstante, prácticamente el 60% de los encuestados confía en sus familiares o amigos como fuente de información.

En cuanto a las dificultades que ha enfrentado la ciudadanía debido a la pandemia, el TS4 muestra que las tres más relevantes son la falta de ingresos por tener que dejar de trabajar (49,3%), las dificultades para continuar los estudios a distancia (34,8%) y las dificultades para realizar el teletrabajo (26,8%).

Al comparar con TS3, se advierte que la falta de espacio es una dificultad que pasó del 13,3 al 20,8%. En términos de conflictos al interior del hogar, el 16,8% de los encuestados sostiene que aumentaron.

Cuando la situación derivada de la pandemia se ha extendido por más de medio año, el 51,7% de los entrevistados sostiene que la situación económica actual de su hogar no ha experimentado cambios en comparación con la que tenía antes del brote de coronavirus y cuarentena, pero el 38,3% cree que es peor o mucho peor. Por otra parte, respecto a la situación alimentaria, el 5,9% indica que desde que comenzó la pandemia, a veces los miembros de su hogar no han tenido suficiente comida.

En el ámbito educativo se observa una situación paradójica, pues mientras casi el 60% de los entrevistados estiman que sus hijos han aprendido poco o nada durante este año, el 48,3% señala que sólo estaría dispuesto a que sus hijos vuelvan a sus establecimientos educacionales cuando estén vacunados.

Prácticamente dos tercios de los encuestados no sienten una sobrecarga en materia de deudas, versus un tercio que sí siente esa sobrecarga. Por su parte, la situación en materia laboral muestra una evolución optimista con relación al levantamiento anterior, pues las personas creen nada o poco probable que quiebre la empresa en la que trabaja, que le reduzcan la jornada laboral o que pierda el empleo. El mismo optimismo se ve respecto a los ingresos del hogar, pues quienes piensan que subirán pasan de 1 a 16%; que se mantendrán aumentan de 38,9 a 68,5% y quienes piensan que los ingresos de su hogar caerán pasan de 57,1 a 13,4%.

En la misma línea, también mejoran las expectativas frente al endeudamiento.
De acuerdo a la información levantada por el TS4, el 34,1 % de los encuestados realiza actualmente su trabajo desde la casa, en tanto el 28,6 % ha seguido trabajando como siempre y el 11,6% también ha seguido asistiendo a su trabajo, pero menos horas; en el 30,9% de los casos, la principal razón para seguir saliendo a trabajar es que no es posible hacerlo desde la casa.

El 43,1% de los entrevistados creía que podría seguir cumpliendo al menos la mitad de sus funciones desde su hogar, una vez que terminara la cuarentena.