El operador ucraniano de la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por tropas rusas y blanco de recientes bombardeos, denunció este jueves que fue desconectada de la red eléctrica, en medio de acusaciones mutuas sobre el origen del ataque que provocó el problema, mientras avanzan las gestiones para la visita de una misión de la agencia de la ONU al lugar, antes los temores de un accidente atómico.
«Los dos reactores en funcionamiento de la central fueron desconectados de la red. En consecuencia, las acciones del invasor acarrearon la desconexión total (de la central de Zaporiyia) de la red eléctrica, por primera vez en su historia», señaló Energoatom en la red de mensajería Telegram.
Según el operador, los incendios en el área de la central térmica que abastece de electricidad a los reactores nucleares motivaron la desconexión de la última línea eléctrica que enganchaba con la red ucraniana.
«Las otras tres líneas fueron dañadas previamente en ataques terroristas» rusos, añadió Energoatom, según la agencia de noticias AFP.
Por su parte, las autoridades regionales instaladas por Rusia dijeron hubo cortes del suministro eléctrico en ciudades de Zaporiyia, mientras que algunas localidades de la sureña provincia de Jerson, vecina a Zaporiyia y bajo control ruso, se quedaron sin luz ni agua.
Sin embargo, más tarde indicaron que «se restableció el suministro eléctrico a todas las ciudades y distritos de Zaporiyia» desde la planta, después de las interrupciones que hubo durante el día.
El gobernador Yevhen Balytskyi dijo su vez que el corte fue provocado por un ataque de las fuerzas ucranianas a las líneas eléctricas en la zona de la central de Zaporiyia, informó la cadena CNN.
Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de los bombardeos a la central, que está ubicada en la sureña provincia ucraniana de Zaporiyia y es la más grande de Europa.
Los ataques, que comenzaron a fines de julio, obligaron a Energoatom, la empresa que opera las cuatro centrales nucleares en Ucrania, a apagar cuatro de los seis reactores, que alimentan de energía unos 4 millones de hogares ucranianos.
Ucrania acusa también a Rusia de almacenar armas pesadas en la central y utilizarla como base para bombardear posiciones ucranianas.
Moscú niega haber desplegado armas en la central y asegura que sólo instaló unidades para garantizar la seguridad del lugar.
Pero la falta de acceso independiente a la planta hace que sea imposible verificar lo que está sucediendo allí. La ONU pidió permitir una inspección del lugar para evitar posibles accidentes.
En ese sentido, el jefe de los inspectores nucleares de la ONU, el argentino Rafael Grossi, aseguró este jueves que estaba cerca de cerrar un acuerdo para poder visitar la central.
«Estamos muy, muy cerca» de un acuerdo con Rusia para inspeccionar la central nuclear de Zaporiyia, dijo Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), de visita en París.
Luego de reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, el jefe de la OIEA, que ha advertido de un posible accidente atómico por las hostilidades cerca de la central, dijo al canal de noticias France 24 que la operación es «extremadamente compleja».
«Tenemos que ir allí, tenemos que estabilizar la situación, tenemos que asegurar una presencia del OIEA pronto», aseveró Grossi, que dijo esperar que la visita se concrete en cuestión de «días».
Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU y la OTAN han pedido a Rusia que retire las tropas y permita la inspección de la OIEA.
El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, destacó hoy la importancia de una visita de la OIEA a la planta y aseguró que Moscú está lista para brindar la asistencia necesaria a los inspectores del organismo con sede en Viena.
Ayer, el comisionado de derechos humanos del Parlamento ucraniano, Dmytro Lubinets, acusó al Ejército ruso de haber matado a tres trabajadores de la planta y de haber detenido a otros 26 durante la ocupación.
Según Lubinets, los tres trabajadores fueron asesinados por golpes o bombardeos mientras que Moscú acusa a los detenidos de «pasar información sobre el movimiento y la ubicación del equipo militar ruso» en la región.
Lubinets también pidió a la ONU y a la OIEA que aceleren el establecimiento de la zona desmilitarizada alrededor de la planta y agreguen protecciones para su personal para garantizar el mantenimiento de la instalación.
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