23 de noviembre 2024

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Los vecinos de Villa O’Higgins afirman estar contentos con el nuevo y “excelente” servicio que brinda Transportes Aéreos San Rafael (TASR) para conectarlos con Coyhaique y el resto de la región de Aysén sobre las alas de una moderna avioneta con tecnología de cabina presurizada.

Evelyn Soto, vecina de Villa O’Higgins, calificó el servicio de “excelente” y destacó que con el aumento de asientos para pasajeros “la gente ha preferido mucho más viajar en avión ahora”.

Entre las nuevas condiciones de viaje resalta que ahora son “sin mayores turbulencias”.

“No sé si no había o no se sentía, pero no tuvimos ningún inconveniente en el vuelo. Sobre la altura, se nota que cambió el sistema. Es que antes estábamos todos traumados, llegábamos apunados a Coyhaique. De hecho venía una guagüita, de no más de un año, que ni siquiera se dio cuenta de que veníamos volando”, agregó.

Sobre esto último, otra vecina de Villa O’Higgins, Marcela Ruiz, comenta que “yo ando con mi bebé, mi hija de 1 año y ella nada, ni un mareo ni nada”.

Según relató, “antes del vuelo tenía miedo porque la última vez que viaje con la otra empresa lo pasé horrible. Mal, mal, de hecho dije ‘nunca más vuelo en esa avioneta’ porque había tenido muy malas experiencias con la otra agencia”.

Ahora, con la nueva aeronave “me subí con miedo, pero ya subiéndose fue otra perspectiva. Se veía más grande y más moderno el avión. Y ya cuando despegó, no se movió nada. Entonces, dije, vamos bien. Cuando pasamos Cerro Castillo, nada, espectacular. La bajada en Coyhaique ni un movimiento, y si lo hubo fue muy leve que ni se sintió”.

Por este motivo, manifestó que “quedé feliz. Aparte que el tiempo son 45 o 50 minutos. Lo encontré maravilloso. Sobre las nubes, un vuelo parejo, y en la bajada ni se notó. La verdad es que es a otro nivel”.

“Con la calidad del servicio de avionetas que presenta, excelente. Nada qué decir. Yo estoy muy satisfecha. He viajado harto con la otra empresa que había antes y no, tuve muchas malas experiencias. Qué sigan no más con el buen servicio que están prestando”, añadió.

Por su parte, Nicole Zúñiga, también vecina y usuaria, expresó que el servicio le pareció “super bien” y comentó que “tengo la experiencia del avión anterior y del actual y la verdad es que hay una gran diferencia”.

En ese sentido, relató que “para empezar, por ejemplo, viajé con mi hijo pequeño que tiene tres años y medio, y algo súper importante es que ya no nos da frío, no es un avión helado. Ese día que volamos pensé que no íbamos a poder hacerlo por el clima y volamos súper bien, el avión no se movió nada, fue una experiencia súper buena. Aparte de que es mucho menos tiempo en el cual volamos y al ser un avión más moderno puede volar con más altura. Entonces, es mucho mejor para poder volar más seguro”.

Mientras que Rafael Arriata, que viajó desde Coyhaique hasta Villa O’Higgins, comentó que “yo no era muy bueno para volar porque el avión, el anterior, era un avión que no tenía las capacidades que tiene el avión ahora. Lo digo porque cuando está un poco malo el tiempo, a veces tenía que volar en la montaña y la inestabilidad del tiempo acá en el sur es muy desfavorable: mucho viento, y se sentía en lo alto y bajo, casi nadie quedaba en su lugar. Entonces uno como que con los años siento temor a estar volando”.

Sin embargo, “con la nueva avioneta me tocó volar el otro día y me dijeron ‘oye, no te embarques, acá está lloviendo’, pero el piloto dijo que no es un problema para esta avioneta porque se eleva sobre las nubes y tiene la capacidad de presurizarse”.

“En Coyhaique igual estaba un poco nublado, pero la avioneta se elevó sin problema, se movió como dos veces un poquito y ya fue todo. Veníamos sobre las nubes con tranquilidad. Impresionante porque al final, cuando llegamos a Villa O’Higgins, veníamos mirando el GPS que tiene la nave y cuando ya estábamos acá, llegó, bajó y en solo un minuto ya estábamos en tierra”, agregó.

Para Rafael, “fue realmente un paseo por las nubes. Le conté a mucha gente mi experiencia y, de hecho, ya algunos toman el vuelo y dicen, bueno, increíble, que aunque esté malo el avión tiene esa capacidad y es muy bueno, es muy cómodo”.

Por último, expresó que “se siente bien porque si hay una emergencia, por ejemplo, uno sabe que igual va a llegar un avión, sea de noche, de día, o las condiciones que quizás estén. Eso también da una seguridad, una tranquilidad, y se agradece”.