Por DANIEL PÉREZ PAVEZ de El Ágora.
Lo menos Clásico en San Carlos era la disparidad de realidades de los equipos. Entre esta Católica motivada por su repunte para alcanzar a Colo Colo en la pelea por el título y una Universidad de Chile decadente que no gana hace ocho fechas, el panorama se prevía demasiado desigual. Desde esa perspectiva de sensaciones y condicionantes, un triunfo de la UC era previsible y natural, más allá de las variables del juego en un partido que tradicionalmente se apega al equilibrio. Y que cayera la U también pagaba fuerte en las apuestas previas, sobre todo a la luz de la pauperización futbolística de un equipo que termina el año cayéndose a pedazos…
Un supuesto y reclamado penal del portero Pérez a Nahuel Lujan a 120 segundos de comenzar el partido lo desestimó el árbitro Bascuñán, avalado por el silencio del VAR. Nadie garantiza que la U habría ganado de sancionarse esa falta, pero al menos pudo ser recompensa para el correcto primer tiempo de los azules, que predominaron en el juego y mostraron cierta recuperación dentro de su precariedad colectiva. En todo caso, Católica supo salir de esa presión para salvar el empate en el periodo inicial y después plantearse con el despliegue que se hace temible en San Carlos.
La U de Romero (y Valencia, Dudamel y Caputo…) carece de individualidades gravitantes y su consistencia es tan frágil que cualquier de sus alardes en la cancha termina por diluirse, ya sea por errores puntuales o su falta de fortaleza mental. Casi recién venían del camarín en el decanso cuando la Católica supo liquidar a un rival que tenía la guardia abajo, como si los jugadores siguieran con la atención puesta en el vestuario… Un centro de Parot sin oposición permitió que el goleador Zampedri superara con facilidad a González y Arias para hacer lo suyo con el gol que definiría un Clásico de pocos matices.
Obviamente, la UC manejó bien la ventaja, no arriesgó más de lo necesario con la pelota frente a un rival sumido en una “nube negra”. A los errores evidentes en los cambios -ingresaron los juveniles Morales y Gatica, para demostrar una vez más que en la adversidad se necesita experiencia-, se sumó la torpeza del lateral Morales, expulsado por un golpe a los 82′, despejando más el camino a la legítima victoria cruzada. Ni siquiera el empuje de Junior Fernándes contribuyó a destrabar los bloqueos de los azules, además enfrascados en los cuestionamientos internos por la marginación disciplinaria de Aránguiz y Rodríguez, dos jugadores irrelevantes en la campaña.
En definitiva, un Clásico que refuerza el sueño de Católica por otro título y sentencia la condena dolorosa de esta U a la que todo le sale mal. Desde aquel hincha que terminó herido manipulado una bengala antes del partido hasta hasta el intento de superar al rival reptiiendo los errores cometidos en las últimas nueve fechas. Para esquivar la Promoción, de seguro, la U necesitará trabajar, mentalizarse y volver a creer en los milagros…
PORMENORES
Estadio: San Carlos de Apoquindo, Las Condes
Árbitro: Julio Bascuñán
Universidad Católica (1): Sebastián Pérez; José Pedro Fuenzalida, Germán Lanaro, Valber Huerta, Alfonso Parot; Marcelino Núñez, Ignacio Saavedra, Felipe Gutiérrez (Luciano Aued, 71′); Edson Puch (Diego Bounanotte, 71′), Fernando Zampedri, Diego Valencia (Juan Fuentes, 90+1′). DT: Cristian Paulucci.
Universidad de Chile (0): Fernando de Paul: Augusto Barrios, Osvaldo González, Ramón Arias, Diego Carrasco (Marcelo Morales, 80′); Gonzalo Espinoza, Sebastián Galani, Mario Sandoval, Marcelo Cañete (José Gatica, 64′); Nahuel Luján (Junior Fernandes, 53′), Joaquín Larrivey. DT: Cristián Romero. Expulsados: Marcelo Morales (UCH, 82′).
Gol: 47′ Zampedri.
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