4 de mayo 2024

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El socialdemócrata Olaf Scholz recibió más votos que el conservador Armin Laschet para ser el próximo canciller federal. Pero la historia alemana recoge episodios en los que el jefe de gobierno acabó en segundo lugar.

La elección para decidir quién sucederá a la canciller federal Angela Merkel finalizó el domingo con una ligera ventaja sobre el candidato socialdemócrata Olaf Sholz (SPD ), cuyo partido obtuvo el 25,7% de los votos, según resultados preliminares. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su brazo bávaro, la CSU, recibieron el 24,1%. El candidato demócrata cristiano es Armin Laschet (CDU), que cuenta con el apoyo de Merkel.

Sería natural señalar que Scholz es el ganador. Pero la ventaja sobre su principal rival no significa necesariamente que el socialdemócrata sea el sucesor de Merkel en la Cancillería Federal. En la historia política alemana, el partido con más votos no siempre ha logrado asegurar el jefe de gobierno.

Los resultados del domingo, por ahora, solo indican que la elección del nuevo canciller podría prolongarse durante meses.

En Alemania, los votantes no votan directamente por candidatos a canciller federal, sino por sus partidos. Normalmente, le corresponde al partido que logre asegurar más del 50% de los escaños en el Parlamento para dirigir el gobierno y, en consecuencia, nominar al canciller federal, cuyo nombre ya se conoce durante la campaña para atraer votantes.

Sin embargo, en la posguerra alemana, ningún partido pudo garantizar este porcentaje de escaños por sí solo. Aquí es donde entra la costura de alianzas con otros subtítulos para garantizar la mayoría de diputados. Todos los cancilleres alemanes desde la Segunda Guerra Mundial han tenido que compartir el gobierno con socios de otro partido.

Es en esta fase de las alianzas de costura donde Alemania se encuentra después de las elecciones del domingo.

La ventaja de tener más votos

Durante las últimas cuatro décadas, los partidos más votados se han encontrado en una mejor posición para cerrar coaliciones y encabezar el gobierno con su candidato a canciller.

La CDU de Merkel, por ejemplo, fue el partido más votado en las últimas cuatro elecciones y ha liderado sucesivos gobiernos que se han asociado con socialdemócratas y miembros del Partido Liberal Democrático (FDP) para asegurar una mayoría en el Parlamento.

De modo que el socialdemócrata Olaf Scholz ha estado declarando que él es la opción natural para liderar un nuevo gobierno de coalición después de que su partido acabó ligeramente al frente.