- El triunfo sobre Perú alivió el estrés de La Roja por sus altibajos, mientras que la Vinotinto espera en su ambiente con la confianza reforzada tras el empate histórico que rescató ante los brasileños. Será una prueba de suficiencia para proyectar las pretensiones de ambos…
Por Daniel Pérez Pávez de Revista El Ágora
Si La Roja no pudo llenar el estadio Monumental el jueves último como reflejo de la frialdad del hincha respecto al proceso de Eduardo Berizzo, tampoco la victoria sobre Perú justifica cierto aire triunfalista para echar las campanas al vuelo conforme al rendimiento de un equipo que, ante Venezuela, afrontará una exigencia que le demanda tantos ajustes como mejorías en su funcionamiento.
La realidad embiste ese optimismo casi pueril de creer que el 2-0 sobre un Perú mediocre, contenido y temeroso avala el inicio de aquel despegue definitivo que, a despecho de las evidencias, anhela todo el medio. Venezuela viene de igualar con un Brasil iluminado por todas sus estrellas, demostrando altos niveles individuales y una sistematización de juego de la cual carece, hasta ahora, el equipo del Toto.
El empate logrado por la Vinotinto con un gol de chilena de Eduard Bello –viejo conocido de su paso por Antofagasta- fue el premio a la forma de abordar un partido que exigía aplicación absoluta a la faceta defensiva para contener a Neymar, Richarlison y compañía, así como versatilidad táctica y eficiencia para cambiar el libreto ante la urgencia de atacar en la desventaja.
En Cuiabá, el cuadro de Fernando Batista asimiló el impacto del gol anotado por Magalhaes tras un corner de Neymar y sin caer en el desorden o el derrumbe anímico supo hacer la reconversión para aprovechar la jerarquía de Rondón, Savarino, Soteldo y Bello cuando el partido demandaba ir al frente al todo o nada.
Esta vez, la caricatura del análisis simplista detiene el foco en el “calor tropical asfixiante de Maturín” como elemento clave, pero el mayor riesgo Chile no será el agotamiento o deshidratación física sino la fragilidad futbolística del “modelo” y su constante dependencia de las luces individuales.
Hasta hoy, en rigor, no existe una estructura de juego tan internalizada como sólida que sustente la propuesta de este ciclo, e incluso las propias circunstancias de los partidos van abriendo brechas impensadas en el “libreto” de Berizzo. Por ejemplo, en el caso de las lesiones de Matías Catalán y Guillermo Maripán ante Perú, que casi automáticamente generan el ingreso de Matías Fernández y Paulo Díaz, como lateral derecho y central respectivamente.
En el mediocampo ya se asentó Diego Valdés con la jerarquía que le reconocen en México y ahora asoman las alternativas de Charles Aránguiz o César Fuentes para suplir al suspendido Pulgar, aunque arriba se hace necesario revisar más la condición de “intocables” de Sánchez y Brereton, porque Alexander Aravena como Marcelino Núñez ofrecen variantes de mayor dinámica y agresividad ofensiva.
Como sea, el crecimiento de la Vinotinto ya es reconocido en el mapa futbolero sudamericano, pero el envión anímico de quebrar el record invicto de 15 triunfos brasileños sucesivos en casa desde 2016 representa un impacto que debiera reforzar las virtudes reconocibles en el cuadro de Batista. Al menos en el plano de figuras no se queda atrás, con Romo, Rincón, Machís, Rondón, Bello y Soteldo, una columna que le garantiza –al menos- una equiparidad de fuerzas que antes se le negó frente a Chile.
La Roja ya respira desde ayer el agobio de los 35 grados de Maturín. Con idéntico puntaje y posición en la tabla, sin embargo ambos llegan con estándares diferentes. Tras 270 minutos, uno todavía sigue en la búsqueda de su identidad, mientras que los “chamos” esperan en su ambiente, aferrados a aquella convicción y seguridad en sus medios que les inyectó salir indemnes y aplaudidos de Brasil…
La programación de la cuarta fecha eliminatorias sudamericanas, este martes 17, es la siguiente:
–Venezuela–Chile, 18:00, estadio Monumental de Maturín, árbitro Flavio de Souza (Brasil).
–Paraguay–Bolivia, 19:30, estadio Defensores del Chaco de Asunción, árbitro Gustavo Tejera (Uruguay).
–Ecuador–Colombia, 20:30, estadio Rodrigo Paz Delgado de Quito, árbitro Facundo Tello (Argentina).
–Uruguay–Brasil, 21:00, estadio Centenario de Montevideo, árbitro Alexis Herrera (Venezuela).
–Perú–Argentina, 23:00, estadio Nacional de Lima, árbitro Jesús Valenzuela (Venezuela).
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