29 de marzo 2024

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Cuando el partido ya se iba, y el cuadro “cementero” defendía con uñas y dientes la mínima ventaja que significaba el gol de Sáez, un magistral tiro libre ejecutado por el peruano Hurtado, que sólo minutos antes había ingresado por Larenas, dejó el partido 1-1.

Por EDUARDO BRUNA


Se jugaban los descuentos y parecía que Unión Española perdía la punta del torneo y su invicto  en condición de local. Pero hubo una falta de Garrido, en las cercanías del área calerana, y el peruano Hurtado, con muy poca acción en el campeonato, se apropió de la pelota y en buena hora para el elenco hispano nadie osó disputársela. Porque  la puso a media altura pegada al vertical, remate ante el cual nada pudo hacer la estirada de Arce. De esa forma, dramática y en la agonía, Unión Española se salvó de una derrota que ya parecía sentenciada  frente a una Unión La Calera que quiso prolongar, en el Santa Laura, el muy buen  partido que por la Copa Sudamericana había protagonizado a mitad de semana frente a la Universidad Católica ecuatoriana.

Al final, no cabe duda de que la paridad 1-1 con que terminó la brega debe haber dejado conformes a los dos. A Unión Española, porque se le iba el tiempo y siempre será reconfortante evitar una caída en el último suspiro de partido. A Unión La Calera, porque claramente la poca ofensiva que había tenido en la primera etapa, desapareció del todo en el segundo tiempo, y de esa forma es muy difícil aguantar el asedio del rival, por más que este haya destacado más por sus ganas que por la claridad de su juego.

Que la ofensiva hispana esta vez no fuera capaz de repetir encuentros anteriores fue, indudablemente, mérito calerano, cuya teórica última línea de tres en el segundo tiempo pasó a ser, como ocurre casi siempre, de cinco defensores, que cuentan además con la ayuda de los volantes. Para vulnerar una defensa tan cerrada se requiere una pelota muy justa o un desborde que permita meter el centro hacia atrás, de modo que los atacantes lleguen con ventaja ante defensores corriendo hacia su propio arco. Y eso el elenco hispano sólo lo consiguió una vez de manera clara. Fue a los 49 minutos, cuando Larenas llegó al fondo y su centro, en la boca del arco, fue desviado en forma increíble por Ibáñez, que empalmó el balón tan defectuosamente que su remate se elevó por sobre el travesaño.

Increíble esa oportunidad perdida, porque como se dice siempre, era mucho más fácil convertir el gol que errarlo.

La calma poco a poco Unión Española la fue perdiendo. Y con ello, la claridad y el buen juicio para aprovechar aproximaciones que se advertían favorables. Generalmente, se optó por el centro al área, donde siempre mandaban Arce y los defensores caleranos.

A favor del gol de ventaja, anotado por Sáez cuando la primera etapa se iba, el cuadro calerano terminó no sólo replegándose demasiado, sino que los cambios realizados desdibujaron una posibilidad de contragolpe que siempre estuvo latente, porque la defensa hispana más de una vez quedaba mal parada. Cavalleri no repitió el encuentro frente a los ecuatorianos y no fue la ayuda que necesitaba Sáez para prosperar. Los laterales volantes, a esas alturas, además, estaban más preocupados de defender que de sumarse ofensivamente.

Era difícil, además, que el cuadro “cementero” produjera una jugada tan precisa como la que significó la apertura de la cuenta, en el minuto 44. Castellani, que ya antes había dejado solo a Pérez frente a Mejía con una extraordinaria habilitación que el calerano desperdició por pifiar el remate suave para eludir la salida al bulto del golero hispano, esta vez encontró en el “Sacha” Sáez un gran ejecutante.  Su pase en profundidad lo fue a buscar Sáez y de media vuelta y de volea fusilar a un  Mejía que nunca supo por dónde le pasó la pelota.

Desordenado, poco claro y todo, no cabe duda de que el tesón hispano merecía al menos el premio del empate. Que, de paso, castigaría al equipo excesivamente conservador y amarrete, como fue el elenco cementero en la última parte.

Lo malo para Unión Española es que, pase lo que pase entre Colo Colo y Ñublense, a lo más que puede aspirar es a ser un “campeón de invierno” compartido. De haber sumado los tres puntos, como se pensaba que ocurriría, podría haber quedado al tope del campeonato al finalizar la primera rueda, y sólo con los albos o los chillanejos sumándose.

PORMENORES

Campeonato Nacional. Partido válido por la decimoquinta fecha.

Estadio: Santa Laura.

Público: 3 mil espectadores, aproximadamente.

Arbitro: Matías Quila.

U. ESPAÑOLA (1): Mejía; Magnasco, Villagra, Manuel Fernández, Larenas (82’ Hurtado); Méndez, Espinoza (75’ Norambuena), Piñeiro, Yáñez; Conelli (46’ Ibáñez), Garate.

U. LA CALERA (1): Arce; Vilches, Sanhueza (84’ Alves) Wiemberg; Matías Fernández, Alarcón, Pérez, (71’ Oyanedel), Castellani (84’ Garrido), Orellana (84’ Moreno); Sáez y Vidangossy (65’ Cavalleri).

GOLES: Para Unión Española, Hurtado (tiro libre) a los 90+3; para Unión La Calera, Sáez, en el minuto 44.

Tarjetas amarillas: en Unión Española, Larenas, Espinoza, Garate y Hurtado; en Unión La Calera, Matías Fernández.