22 de noviembre 2024

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Por EDUARDO BRUNA de El Agora.

Desde el punto de vista colectivo, y más allá de la paridad 1-1 registrada en el Monumental, ganó Colo Colo, que gracias a su triunfo de mediados de semana, en La Cisterna (3-2), estructuró un global de 4-3, porque estos partidos de ida y vuelta, por Copa Chile, son realmente encuentros de 180 minutos.

Desde el punto de vista individual, sin embargo, y por encima de que la figura excluyente del encuentro fuera Martín Rodríguez, la presencia de Vicente Pizarro en Colo Colo, y la de Bruno Barticiotto en Palestino, se constituye en un soplo de aire fresco que tiene, además, una segunda y más épica lectura: ambos muchachos son hijos de dos inmensos cracks albos que, hace precisamente treinta años, entraron en la historia del Cacique y del fútbol chileno al obtener la única Copa Libertadores que pueden exhibir las vitrinas nacionales: Jaime Pizarro y Marcelo Barticciotto.

El caso de Vicente Pizarro es más reciente: impelido por la regla de este torneo, que obliga a poner en cada equipo al menos tres juveniles por cada partido, el técnico albo se jugó por el hijo del “Kayser”, que había visto muy poca acción en el primer equipo antes de este campeonato. Y Vicente Pizarro, hasta aquí, le ha respondido plenamente.

No tiene Vicente, por cierto, ni la velocidad ni la potencia de su padre, pero en cambio aporta una gran intuición para cortar juego en el mediocampo y claridad para saber qué hacer cuando recupera la pelota. Tiene, además, algo que en nuestro fútbol escasea: el juego a un toque. Porque el hijo del “Kayser”, antes que el balón le llegue, conoce ya quien será su próximo destinatario.

Tan bien ha andado este muchacho, que se dice que, retornado el Torneo Nacional, será él quien le permita cumplir a Colo Colo con la regla del juvenil en cancha. El propio Gustavo Quinteros lo dejó entrever, cuando, terminado el partido frente a Palestino, y con la clasificación a la siguiente ronda en el bolsillo, señaló: “Cuando llegamos al club el chico tenía siete u ocho menos kilos que los que muestra ahora. Trabajó muy bien la parte física, ganó en envergadura y musculatura, y hoy está para jugar de igual a igual frente a cualquiera”.

Lo de Bruno Barticciotto ya venía de antes. Porque desde el momento que Universidad Católica decidió cederlo a préstamo a Palestino, el hijo de Marcelo se ganó la titularidad. Y si un problema grave tuvo Colo Colo para superar esta valla, aparte del buen juego del cuadro árabe, por supuesto, fue Bruno Barti, como reza su camiseta con el número 23. Y es que, aparte de veloz y fuerte, el hijo de Marcelo se muestra dueño de una respetable habilidad para provocar más de un estropicio frente a defensas poco atentas o escasamente aplicadas. Y aun cumpliendo con esos requisitos, el muchacho igual se las arregla para ser un constante factor de riesgo y de preocupación.

Bruno Barticciotto.

Reconfortante es que en el fútbol nuestro, tan poco generoso en la producción de buenos jugadores, aparezcan chicos como Bruno y Vicente, que inevitablemente llevan a añorar lo que en su momento representaron sus padres.

PORMENORES

Partido de vuelta por los cuartos de final de la Copa Chile.

Estadio: Monumental.

Arbitro: Cristián Rojas.

COLO COLO (1): Cortés; B. Gutiérrez, Zaldivia, Amor, Suazo; Gil, Pizarro, Fuentes (46’ Bolados); Costa (86’ Alarcón), Morales, Rodríguez.

PALESTINO (1): Toselli; León (79’ Zedán), Alvarado, Suárez, Benítez; Jiménez, Farías, Cortés, Villanueva (79’ Dávila); Sánchez-Sotelo (71’ Carrasco) y Barticciotto.

GOLES: Para Palestino, Alvarado (cabeza) a los 18’; para Colo Colo, Rodríguez a los 61’.

Tarjetas amarillas: en Colo Colo, Zaldivia y Suazo; en Palestino, Farías, Jiménez y Villanueva.