- Con un comienzo arrollador, el “Cacique” prácticamente liquidó el Superclásico N° 191 en apenas un cuarto de hora. El cuadro popular fue superior en todos los aspectos frente a un archirrival que, a estas alturas, ya tiene todo un trauma cuando enfrenta al archirrival.
Por Eduardo Bruna
Los dos venían mal, pero como es rotundamente cierto que los clásicos son un partido aparte, se esperaba un partido tan intenso como disputado, en el que se impondría el que en el momento tuviera más jerarquía y aprovechara mejor sus oportunidades. Y el Superclásico 191 del fútbol nacional efectivamente fue intenso, sólo que mucho menos disputado de lo que se preveía. Y es que Colo Colo noqueó a su archirrival en apenas 15 minutos, con tres goles que, para esta U, fueron un mazazo imposible de digerir, ni siquiera de absorber.
Nadie, por supuesto, ni el más recalcitrante hincha albo, ni el más pesimista seguidor azul, pudo imaginarse un comienzo tan demoledor a favor del “Cacique”. Más allá de que en el tanto de apertura el cuadro de Quinteros contara con una buena dosis de fortuna, porque el violento remate de Suazo, a la entrada del área, tuvo que contar con el infortunio y la inexperiencia de Bastián Tapia, veinteañero debutante absoluto en estas lides, que por repeler el remate, le cambió la dirección al balón, descolocando por completo a un Galíndez cuyo postrer manotazo no alcanzó para evitar el gol. Corrían recién 10 minutos de juego…
Y cuando la U intentaba reponerse, de un tiro de esquina surgió el segundo gol del cuadro popular, sólo dos minutos después del primer estallido en el Monumental. Pero un tiro de esquina a favor del elenco azul. Porque rechazado el envío el balón fue rápidamente hacia un Solari que, arrancando por la banda derecha, donde más rinde, superó una vez más a Morales para quedar con un amplio terreno a recorrer y siendo acompañado en el ataque por Costa y Lucero.
¿Quiso el “Pibe” rematar al arco, viendo lo mucho que se había adelantado Galíndez? ¿O metió el balonazo largo buscando a sus compañeros? Lo concreto es que su remate, que fue en busca del arco, sorprendió al meta azul, que, retrocediendo, sólo alcanzó a ver como el balón daba en el travesaño y le quedaba servido a un Costa que había seguido la jugada.
Pero si algo faltaba para derrumbar definitivamente al cuadro azul, apenas tres minutos después, llegaba el tercero. Un gol lapidario en este tipo de confrontes. Y fue, para peor, de una jugada muy bien urdida por los jugadores albos, que con precisos toques dejaron como postes a sus rivales. Suazo buscó a Gil, el “Colorado” la metió al área buscando a Lucero y este, al quedar de espaldas, prefirió dejársela a un Pavez que llegaba completamente destapado. El remate del volante se metió en un ángulo imposible para Galíndez.
Con todo, la U pudo volver rápidamente al partido, luego que el pito Tobar sin dilación cobrara como penal una falta de Amor a Fernández. Frente al balón, se puso el “Chorri” Palacios, que raramente falla, pero su remate, muy anunciado, fue desviado por Cortés. Sin embargo, desde el VAR le advirtieron a Tobar que el meta albo se había adelantado un paso, por lo que ordenó repetirlo. Y que esta no iba a ser jornada para la U quedó claro cuando Palacios mandó el violento remate contra el vertical izquierdo de Cortés.
Con más ganas que fútbol, Universidad de Chile siguió luchando contra la adversidad y la clara superioridad de su adversario. El “Cacique” dejó ir un par de oportunidades más de gol bastante propicias, pero el cuadro azul respondió con un violento remate de Junior Fernandes que Cortés envió al córner y con un cabezazo de Ronnie Fernández, tras un tiro de esquina, que se fue fuera tras pegar en el palo.
Escobar, técnico azul, entendió que debía mover el tablero en el descanso. Excluyó a Junior para hacer ingresar a un Vargas que venía sin fútbol, y al uruguayo Brun para ubicar allí a Gallegos. Sin embargo, no fue mucho lo que su equipo mejoró. Y es que, salvo Ronnie Fernández, que siguió batallando y peleándose con todos, el resto no mejoró en la proporción que su cuadro necesitaba para aspirar al milagro.
Para colmo, a los 55 minutos, producto de otra jugaba muy bien elaborada, llegó la cuarta
conquista alba. Pavez cortó un avance azul y entregó rápidamente a Gil. Y el “Colorado”, viendo a la defensa azul absolutamente mal parada, habilitó a Lucero, quien tras controlar el balón filtró un preciso pase para Costa entre dos zagueros azules. El peruano-uruguayo, que venía siendo un desastre, sobre todo en el área, esta vez no perdonó y batió completamente a Galíndez.
El 4-0 desató la fiesta total en el Monumental. La U seguía jugando el partido como por inercia. Y en medio de esa inercia al menos pudo llegar al descuento, luego que, por otra recomendación del VAR, Tobar sancionara penal por empujón a Suazo a Fernández. Esta vez, Palacios acertó, para al menos anotar ese gol que los giles denominan como “el del honor”.
Quizás qué tipo de “honor” podría conformar a la U en este momento. Porque la paternidad alba volvió a ratificarse por un año más. Una paternidad que en el Monumental se extendió ya a 21 años, un record que debe ser mundial en este tipo de encuentros pero que, al mismo tiempo, hace olvidar el que, jugando en otros escenarios –Nacional y El Teniente-, Colo Colo no sabe de contrastes frente a la U desde el ya lejano 2013.
No se puede dejar de pensar en que, más allá de lo futbolístico, que ciertamente es lo primordial, en este tipo de duelos la carga sicológica también juega. Y lo de la U frente al “Cacique” ya es todo un trauma.
Colo Colo reafirma indudablemente sus convicciones tras este Superclásico zanjado con toda autoridad. Fue superior en todos los aspectos, porque su “pressing” constituyó para la U un problema sin solución. El cuadro azul rara vez tuvo una salida clara. Universidad de Chile, por su parte, se llena aún más de dudas tras esta derrota, la tercera consecutiva. Por lo pronto, evidenció una llamativa impotencia, porque además sumó dos expulsados en los minutos finales. Moya por una fuerte patada a Bolados, acusada por el VAR, y el juvenil Bastíán Tapia, que intentando evitar un probable gol del propio Bolados, lo agarró de la camiseta siendo último hombre.
En suma, fiesta total en las huestes albas. Y funeral absoluto en Universidad de Chile, que ve con desazón, amargura e impotencia, que ante el archirrival nunca alcanza a dar el ancho.
PORMENORES
Campeonato Nacional. Partido válido por la quinta fecha.
Estadio: Monumental.
Público: 28 mil espectadores, aproximadamente.
Arbitro: Roberto Tobar.
COLO COLO (4): Cortés; Opazo (65’ Rojas), Falcón, Amor, Suazo; Gil (75’ Zaldivia), Fuentes, Pavez; Solari (75’ Bolados), Lucero (82’ Santos), Costa (82’ Villanueva).
U. DE CHILE (1): Galíndez; Andía, B. Tapia, I. Tapia, Morales; Fernandes (46’ Vargas), Seymour, Brun (46’ Gallegos), Osorio (63’ Aránguiz); B. Fernández y Palacios (74’ Moya
GOLES: para Colo Colo, Bastián Tapia (autogol) a los 10’, Costa a los 12’ y 55’y Pavez a los 15; para la U, Palacios (penal) a los 71’.
Tarjetas amarillas: en Colo Colo, Costa; en Universidad de Chile, Fernandes, Moya, Palacios y Morales.
Tarjetas rojas: en la U, Moya a los 86’ y Bastián Tapia a los 90+2’.
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