- El elenco albo volvió a dejar con las manos vacías a su clásico rival en el Monumental, a pesar de haber sido superado durante la primera etapa en tenencia y claridad de juego. Pero en el segundo tiempo, a la par que mejoró el Cacique, el cuadro de Dudamel no pudo mantener su preeminencia. Resultado: el equipo de Quinteros -un técnico pragmático como el que más-, hizo suyo el duelo y los tres puntos en una de las pocas jugadas bien urdidas que logró concretar en ataque.
Por EDUARDO BRUNA
En un partido claramente equilibrado, que estaba para empate, Colo Colo hizo valer el peso de la historia para derrotar una vez más al archirrival en el Estadio Monumental, esta vez por 1-0. Y es que, cuando los argumentos meramente futbolísticos no alcanzan para redondear una explicación satisfactoria para un triunfo y una derrota, obligatoriamente hay que concluir que el peso de la tradición mucho tiene que ver en este tipo de desenlaces.
Y es que, sin generarse oportunidades claras de gol, la U se había visto mejor en el primer tempo. Porque si bien es una verdad rotunda el que los partidos se definen en las áreas, sí se trabajan en el mediocampo, y en ese sector el cuadro de Dudamel claramente había sido más que un Colo Colo que podía mantener muy poco la pelota en su poder. Demasiado retrasado Gil, enredado como siempre Costa, el cuadro de Quinteros estaba lejos de ofrecer la imagen armónica que como equipo venía evidenciando en buena parte de los partidos.
El problema para la “U” es que, controlando esa zona, y anulando a Colo Colo, no se acercaba con opciones claras al arco de Cortés. De poco servía que, durante ese primer tiempo, Henríquez fuera un tremendo dolor de cabeza para el joven lateral Rojas, que no sólo tenía problemas en la marca, sino que tampoco mostraba la salida limpia que había evidenciado en otros encuentros. Es decir, que superando la U a Colo Colo en esa primera etapa, careció de profundidad y de claridad para sacar partido de su mejor juego. Las esperanzas azules, en ese lapso, estuvieron condensadas en los varios tiros libres de que dispuso en las cercanías del área, y donde la pegada de Cañete y el juego aéreo de Larrivey pueden dar réditos frente a cualquier defensa.
Sobre todo que, en el fondo albo, había regresado Falcón, pero seguía el juvenil Gutiérrez, que era toda una incógnita frente a un partido de esta envergadura, sumando a su inexperiencia una estatura más bien baja para un zaguero central. Sin embargo, el muchacho, que terminó acalambrado por el esfuerzo en los minutos finales, cumplió más que satisfactoriamente, y rindiendo incluso por encima de otros con más recorrido, como Costa y Morales.
En la segunda etapa, sin embargo, mejoró Colo Colo y, por contraste, la U perdió en buena medida ese fútbol que en el primer tiempo le había permitido prevalecer. Gil pudo jugar un poco más libre y ese solo detalle permitió que el Cacique no sólo pudiera tener un poco más el balón, sino que darle un mejor destino. No significa eso que el cuadro de Quinteros se llevara por delante a la U, pero al menos se acercaba un poco más en tareas ofensivas, a pesar del bajo partido de Morales, Bolados y Rodríguez, que ingresó tocado y lo pasó peor después, producto de una falta de Andía en el mediocampo.
En el opaco partido de los atacantes albos también hubo un notorio mérito del fondo azul, que mostró estar siempre muy atento y concentrado ante jugadores que, como Bolados, y sobre todo Rodríguez, con balón dominado pueden provocar más de un estropicio.
Así y todo, con una U menos controladora del juego que al comienzo, y con un Colo Colo que algo mejoraba, pero no como para que su hinchada pudiera hacerse muchas ilusiones, estaba ya bien avanzado el encuentro cuando el Cacique encontró la instancia para desnivelar. Corrían 71 minutos de juego cuando un balonazo largo de Falcón fue capturado por Bolados. Y el delantero albo, que no pudo llevarse a Carrasco en velocidad, pasó cerca de la línea de fondo echando mano a una habilidad que, para desgracia de Colo Colo, sólo aparece a cuentagotas. La finta de irse hacia el centro engañó completamente a Carrasco y el oportuno enganche del atacante albo le entregó el metro justo de ventaja para meter un centro pasado. El balón lo recepcionó Costa por la izquierda y, viendo que Gil pisaba el área frontal, se la puso justa para que el “Colorado” metiera el zurdazo bajo cruzado y tan ajustado que la pelota dio primero en el vertical antes de irse a las mallas. Por cierto que De Paul, con varios defensores azules metidos en el área, era poco lo que podía hacer frente a ese disparo.
Con la mínima ventaja, y como otras veces, el técnico albo Gustavo Quinteros, pragmático como pocos, optó por “cerrar” el partido. Recién había sido protagonista Bolados en la jugada del gol cuando ordenó su salida para hacer ingresar a Miiko Albornoz. El cambio lógico era el ingreso de Solari, pero está visto que Quinteros no es de los más líricos que digamos. Mientras Albornoz pasó a patrullar la banda derecha del ataque azul, Suazo fue a ayudarle a Fuentes en el mediocampo, y fue en esa zona que, con los descuentos por delante, en un salto le metió a Espinoza un codazo que lo hizo acreedor a la tarjeta roja instantánea que le exhibió Bascuñán.
Esta vez a Quinteros, visto el resultado, le funcionó. Pero echar siempre el equipo atrás en partidos como este, es claramente jugar con fuego.
La desesperación azul por evitar una nueva derrota en el Monumental tuvo mucho más ímpetu que fútbol. Con pocos espacios, casi todo se redujo a meter centros que, en una de esas, pudiera capturar Larrivey. Y fue en una sola de estas intentonas que la U rozó la paridad, cuando Andía tocó a la entrada del área para un Lujan ingresado a la cancha hacía poco y el centro de éste fue cabeceado por Carrasco, que apareció por detrás de la defensa popular. Sin embargo, el balón fue hacia la humanidad de Cortés, que bien ubicado repelió el frentazo con un desesperado manotazo.
De bien poco, pues, le sirvió a la U superar a su rival en el primer tiempo y compartir dominio y tenencia de pelota en el segundo. Igual perdió, gracias a una de las pocas jugadas de gol que la ofensiva alba fue capaz de generar.
Como para creer que las maldiciones existen y que pueden prolongarse por dos décadas. Para Colo Colo, en cambio, que también viene sentando superioridad sobre su clásico rival desde 2013, ganarle a Universidad de Chile es como esas “viejas tradiciones” que cantaba la melosa voz de Julio Iglesias.
PORMENORES
Campeonato Nacional. Partido válido por la quinta fecha.
Estadio: Monumental.
Arbitro: Julio Bascuñán.
COLO COLO (1): Cortés; Rojas, Falcón, Gutiérrez, Suazo; Costa (85’ Valencia), Fuentes, Gil; Bolados (74’ Albornoz), Morales, M. Rodríguez (54’ Jara).
U. DE CHILE (0): De Paul; Andía, González, Arias, Carrasco; Espinoza, Moya (68’ Sandoval), Cañete (79’ Aránguiz); T. Rodríguez (55’ Luján), Larrivey y Henríquez.
GOL: Gil, a los 71 minutos
Tarjetas amarillas: En Colo Colo, Gutiérrez y Gil; en Universidad de Chile, Andía, Arias, Carrasco y Moya.
Tarjeta roja: Suazo, de Colo Colo, a los 90+1’.
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