21 de noviembre 2024

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  • La derrota ante Bolivia es la gota que rebasó el vaso y el diagnóstico terminal para el fútbol chileno. Ricardo Gareca no lo considera una vergüenza, pero lo es. Quizá porque la Selección no le interesa mayormente, más que cumplir un contrato y chao. Lo mismo pasó con Juan Antonio Pizzi, Reinaldo Rueda, Martín Lasarte y Eduardo Berizzo

Por José Antonio Lizana de Diario El Ágora


Este desastre de La Roja es el resultado de un fútbol que está tomado hace mucho tiempo por las Sociedades Anónimas y posteriormente por los representantes de jugadores. A estas mafias sólo les interesa el negocio y nada más. Más encima cuentan con la complicidad de los medios del establishment de la ANFP, que encuentran a todos los jugadores buenos y el espectáculo deportivo de primer nivel. Una mentira.

La liga chilena hace poco fue considerada internacionalmente como una de las peores del mundo. Esto se confirma hoy, cuando no hay jugadores chilenos disputando la Champions League.

El equipo del momento siempre abasteció a la Selección, por ejemplo la Universidad Católica de 1949, fue la base de La Roja en el Mundial de Brasil 1950; el «Ballet Azul», del Mundial de Chile 1962; Colo Colo 1973, del Mundial de Alemania 1974; la «U» 1994, 1995 y 1996 y Colo Colo 1996, 1997 y 1998, más Iván Zamorano y Marcelo Salas, para el Mundial de Francia 1998.

Asimismo, el Colo Colo del «Bichi» Borghi fue la columna vertebral de la Selección de Bielsa en Sudáfrica 2010 y la «U» de Jorge Sampaoli, campeón de la Copa Sudamericana 2011, aportó su contingente para el combinado nacional que tuvo un destacado desempeño en el Mundial de Brasil 2014. ¿Viste? El ejercicio no es tan complicado.

Veo un tanto confundido y en shock a Ricardo Gareca. Por lo mismo, no entiendo cómo puso a Gabriel Arias en el arco en los dos confrontes, donde se comió cinco pepas, cuando Bryan Cortés está en octavos de final de Copa Libertadores de América. Creo que el portero albo por lo menos tiene más achique que Arias.

Asimismo, fue brutal el basureo a Ben Brereton, cuando lo reemplazó a los 34 minutos por Vicente Pizarro. Ambos jugadores debieron estar en la cancha. O no le agrada Ben o el representante de éste. No se lo merecía Brereton.

No sé qué pasa con Paulo Díaz y Erick Pulgar, que todavía no les veo su gran partido por Chile. En tanto, Mauricio Isla tiene un despliegue ofensivo fenomenal a su edad, pero en sus afanes de ataque descuida demasiado la parte defensiva. Igual, me parece que Carlos Palacios no es una joya, que Eduardo Vargas quizá ya fue y que Darío Osorio y Vicente Pizarro están muy verdes para echarse una clasificatoria a la espalda.

Sin embargo, los siguientes encuentros se podrían disputar con una selección sub 23, que quizá podría ser goleada por potencias como Brasil y Uruguay, pero que ganará mucha experiencia como la pre Roja de Fernando Riera, que realizó la gira europea en 1960, donde recibió sendas goleadas, pero que el Mundial de Chile les tomó el pulso y los venció: Suiza, Italia, Unión Soviética y Yugoslavia.

No obstante, para esto tienen que existir dirigentes comprometidos y altruistas, que deseen el bien de la Selección, no como el actual operador de la derecha de nuestro fútbol, que después del partido de este martes respondió: Qué te puedo decir?

Amigas y amigos, en estos días siento el mismo dolor que en las Clasificatorias a Corea-Japón 2002 y Alemania 2006, pero me consuela que en esas campañas desérticas, florecieron algunos jugadores que pertenecieron la Generación Dorada como Claudio Bravo, Jorge Valdivia, Mark González y otros.

Ojalá que de la noche más oscura, nazca el día más claro.