Parejos en unas cuantas virtudes y un montón de defectos, el duelo de los hispanos con los azules en busca de la final de la Copa Chile se definió por pequeños grandes detalles.
Por JULIO SALVIAT / Fotos: AGENCIAUNO
Era difícil que Unión Española y Universidad de Chile protagonizaran un partido tan malo como el que jugaron una semana antes en Talcahuano. Y no lo repitieron, para suerte del fútbol. Esta vez, sin ser un partidazo, los dos equipos intentaron hacerlo mejor, y por momentos lo consiguieron.
Gustavo Canales preparó una sorpresa que inicialmente complicó a la U: cambió su mediocampo. Diego Acevedo y Sebastián Leyton ya no estuvieron en la alineación inicial y los acompañantes del “sobreviviente”, el juvenil Felipe Massri, fueron el criticado Gonzalo Espinoza y el delantero Octavio Rivero.
No le resultó totalmente el plan al técnico de los rojos, fundamentalmente por la temprana lesión de este último, que se había convertido en un amenazante fantasma para los defensores azules, que lo veían venir por cualquier parte. Pero al menos le dio algo más de color al reñido duelo.
La U equilibró el dominio rojo después de la media hora inicial y asumió una iniciativa que se prolongó hasta bien avanzado el segundo tiempo. Con Lucas Assadi convertido de nuevo en el gran protagonista, la U tuvo ocasiones para desnivelar. No lo consiguió y todo pareció encaminarse a la definición por penales. Cuatro minutos faltaban para que se cumpliera el tiempo reglamentario cuando el central Manuel Fernández, que se había quedado un rato en el área azul, conectó de cabeza y sin marca un buen centro de Bastián Yáñez y provocó el éxtasis de la hinchada y los jugadores rojos.
Razones para explicar la victoria de un equipo sobre otro en un partido tan estrecho son varias. Aquí van las principales.
Las salvadas de Miguel Pinto: tres goles cantados evitó el arquero de Unión Española en los mejores momentos de la U. Cuando el primer tiempo agonizaba, tapó un disparo de Assadi, que lo enfrentó desde el punto penal luego de escapar por la izquierda y eludir a su marcador. A poco de comenzar el segundo lapso, fue Lucas Osorio el que lo exigió con un centro rasante; Pinto manoteó el balón para evitar el empalme de Ronnie Fernández y luego tapó la insistencia de Cristian Palacios. A los 62’, su pierna derecha estirada evitó que el potente disparo de Osorio realizado desde muy cerca, llegara a la red.
La presión de los delanteros: no les cuesta mucho a los defensores de la U equivocarse en la salida, pero esta vez les costó mucho más por la presión que sobre ellos ejercieron los atacantes hispanos. Fueron varias las ocasiones en que Leandro Garate, Rodrigo Piñeiro y Yáñez trabaron los intentos de pases o rechazos del bloque posterior azul. La mejor situación de gol para los rojos, antes de su postrera conquista, fue un error de Casanova, que le sirvió el balón a Garate sin que éste aprovechara el regalo.
Rendimiento parejo: tuvo más brillo, por momentos, Universidad de Chile. Pero el equipo de Santa Laura no llegó a cometer tantas equivocaciones como el cuadro azul. Individual y colectivamente tuvo un rendimiento más parejo. Ninguno de sus jugadores se acercó al nivel de Assadi, pero ninguno tampoco fue tan improductivo como la pareja de delanteros de la U. Ronnie Fernández mantiene su llamativa inutilidad, aunque esta vez hizo un par de pases buenos, y Cristian Palacios fue un jugador errante, sin conexión con el resto ni destino fijo.
Las movidas de Canales: no había estado afortunado Gustavo Canales en la conducción del equipo, al menos en el campeonato nacional, pero esta vez acertó. Aparte de buscar nuevas fórmulas en el mediocampo, hizo cambios acertados (Leyton fue mucho más que Espinoza y después Bryan Rabello le dio más profundidad al ataque) y cambió el sistema de juego cuando advirtió que el inicial no le alcanzaba para llegar a la victoria. Pasó del clásico 4-4-2 a un 3-5-2 que confundió a sus adversarios y frente al cual no hubo reacción en la banca azul. Con ese planteamiento más arriesgado, Unión Española salió del asedio a que estaba sometida y fue a dar la pelea en campo contrario.
El estado físico: El último cuarto de hora fue un martirio para Universidad de Chile. Mientras sus fuerzas se agotaban paulatinamente, los jugadores de Unión Española seguían corriendo como si el partido recién comenzara. Eso les permitió a los hispanos dominar sin contrapeso y obligar a los azules a defender muy cerca de su arco. Cinco veces remataron los rojos, sin dar con el arco. Jonathan Villagra, Piñeiro, Diego Acevedo y Gárate (2) remataron desde buena posición y sin opositores. Y todos desviaron. Eso explica la única conquista: los jugadores del Chuncho ya no tenían energías ni siquiera para saltar y nadie molestó al autor del gol.
PORMENORES
Semifinales Copa Chile, partido de vuelta.
Estadio: Santa Laura.
Público: 3.591 espectadores.
Árbitro: Julio Bacuñán.
Unión Española (1): M. Pinto; J. Villagra, M. Fernández, T. Galdames, M. Larenas; R. Piñeiro, G. Espinoza, F. Massri; O. Rivero; L. Garate y B. Yáñez. DT: Gustavo Canales. Cambios: 31’, D. Acevedo por Rivero; 46’, S. Leyton por Espinoza; 76’, B. Rabello por Larenas; 88’, A. Barrios por Yáñez.
Universidad de Chile (0): C. Campos; Y. Andía, B. Tapia, L. Casanova, M. Morales; I. Poblete, E. Ojeda, D. Osorio, L. Assadi; R. Fernández y C. Palacios. DT: Sebastián Miranda. Cambios: 76’, Junior Fernandes por R. Fernández; 79’, Mauricio Morales por Poblete.
Gol: 86’, Manuel Fernández (UE), cabezazo.
Tarjetas amarillas: Garate, Espinoza, Pinto, Galdames y DT Canales (UE); Palacios, Poblete, R. Fernández y Ojeda (U).
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