2 de mayo 2024

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  • Cómo era de esperar, el quinto y decisivo punto de la serie fue de terror, en una definición entre el nuevo «chico maravilla» de Perú, Ignacio Buse (438°) y el chileno Alejandro Tabilo (54°), con un infartante triunfo del chileno, por 2-6, 6-3 y 6-2, que devuelve a nuestro tenis al Grupo Mundial

Por Sergio Ried de Revista El Ágora


La verdad es que muy pocos pensamos que esta serie llegaría a definirse en el quinto punto. Porque el «cuco» que traían los del Rímac, Juan Pablo Varillas (87°), no asustaba demasiado y el resto del equipo era prácticamente desconocido.

Pero los que así pensábamos, no sabíamos de la existencia del nieto de Enrique Buse, un futuro grande del tenis, ni de los hermanos Atkron y Conner Huertas del Pino, una pareja de dobles de gran categoría.

Y fueron justamente ellos quienes llevaron la contienda hasta su punto cúlmine y forzaron a una definición de infarto, que terminó con el triunfo del equipo chileno y su regreso a Málaga por segundo año consecutivo.

EL PUNTO FINAL

No había que ser brujo ni adivino para saber que el punto decisivo iba a ser de terror, ya que pese al nivel demostrado en los partidos anteriores los dos gladiadores en lucha, que era muy dispar, siempre era esperable una resurrección del local.

Porque, mientras el junior peruano demostraba un gran nivel e irradiaba confianza, el zurdo nacido en Canadá llegaba con más dudas que certezas,  luego de su opaca actuación en el dobles.

Así se llegó a esta teleserie con guion de Hitchcock, con un Buse que comenzó arrasando en el primer set, para llevárselo por 6-2, y siguió con una reacción increíble de Tabilo, que emparejó las cifras, merced a su recuperado servicio y a sus golpes profundos de derecha (es zurdo), que llevaron a demostrar el porqué es el 54° del mundo y que el «chico maravilla» es realmente de este planeta.

Así, el chileno emparejó las cifras con un 6-3 y siguió escalando, hasta llevarse el partido con un rotundo 6-2 en la tercera manga.

El servicio de zurdo y la velocidad de pelota de Tabilo, fueron determinantes en el desenlace del partido, que llevará al equipo de Nicolás Massú a las Finales de Málaga por segundo año consecutivo.