28 de marzo 2024

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El Tribunal de alzada ordenó al fisco a pagar $70.000.000 a Lautaro Rivera Baeza, quien fuese teniente de Carabineros durante la época y además detenido y sometido a torturas entre abril y junio de 1974, por haber reclamado por los vejámenes y tratos degradantes a que eran sometidos los detenidos en la unidad policial en que se desempeñaba.

En fallo dividido, la Primera Sala del tribunal de alzada, revocó la sentencia apelada, al considerar que Rivera Baeza fue víctima de un crimen de lesa humanidad, perpetrado por agentes del Estado. Así lo señaló, que el “11 de septiembre de 1973, con 31 años de edad, cumplía funciones en la 6° Comisaría de Carabineros Santiago, con el grado de Teniente, tiempo en que por representar a compañeros de labores y superiores, el maltrato que se daba a los detenidos políticos, fue objeto de detención por personal de la misma institución, interrogado y torturado, por supuestas conexiones con simpatizantes de la Unidad Popular».

De esta forma, Lautaro Rivera permaneció detenido, primero, en las propias dependencia de Carabineros, en su propia Unidad; así también como en el Segundo Juzgado Militar, lugar donde fue acusado por delitos inexistentes. Fue incomunicado en la Escuela de Carabineros, para posteriormente ser enviado a la Cárcel Pública, donde fue recibido en la enfermería, permaneciendo allí por dos meses, debido a las lesiones que presentaba. Finalmente fue transferido a la Cárcel Militar de Capuchinos, donde se mantuvo hasta obtener su libertad.

Lo anterior, si bien se desarrolló a contar del 11 de septiembre de 1973, «fecha a contar de la cual el amparado formulo reparos y críticas por detenciones y trato de presos políticos, los apremios ilegítimos y torturas de que fue objeto, se dieron entre los meses de abril y junio de 1974, siendo puesto en libertad el 10 de enero de 1975, con condena remitida» compendia el fallo.

La resolución de la corte agrega que “lo anterior le ha traído problemas de salud, dolores de espalda esporádicos atribuido a los golpes recibidos, dificultad para tragar líquidos asociado a un tema sicológico, derivado de los apremios ilegítimos que sufrió.
Desde un punto emocional, refiere que perdió contacto con sus amigos y, desde un punto laboral y económico, si bien retomó sus estudios de periodismo, logrando un trabajo en diario El Mercurio entre el año 1978 a 1985, como en la redacción de un libro sobre la política chilena, de ambas labores fue despedido, en atención que se recibían órdenes o informaciones negativas respecto de su persona, tildado como peligroso».
En consecuencia, según se señala, «se convirtió en una persona solitaria, que debió buscar trabajos esporádicos que le permitieran solventar no solo sus gastos propios sino que también los de su madre viuda y que, todo ello no le permitió construir una familia propia».

Lautaro Rivera ha sido reconocido como víctima afectada por violaciones a los derechos humanos, siendo incluido en la ‘Nómina de Personas Reconocidas como Víctimas elaborado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura.