26 de abril 2024

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El cuadro nacional no fue vapuleado, pero sí fue superado en todos los aspectos del juego y, cayendo por la mínima en Asunción, frente a Cerro Porteño, le dijo tempranamente adiós a su inédita aventura en Copa Libertadores.

Por EDUARDO BRUNA / Fotos: ABC.COM.PY y TWITTER


A nadie puede llamarle la atención, o sentirse defraudado, por esta eliminación de Curicó Unido en segunda fase de Copa Libertadores. La derrota por la mínima (1-0) frente a Cerro Porteño, en Asunción, sólo ratificó lo que viene siendo una constante de los cuadros nuestros en la competencia internacional, que definitivamente no dan el ancho y sólo son el reflejo palmario de la mediocridad de un fútbol que, sin embargo, tiene felices a quienes, por dirigirlo, debieran al menos sonrojarse.

Ya sabemos que eso no va a pasar. Pablo Milad debe estar feliz y orgulloso de su gestión y la dirigencia de los clubes debe compartir esos sentimientos, toda vez que lo reeligieron por una amplia mayoría. ¿Para qué hacer ruido, además, si tenemos un canal del fútbol, hoy TNT Sports, que en lugar de analizar el fútbol en serio son todos unos publicistas y, con una que otra excepción, unos alcahuetes? No hay partido malo. No existen los jugadores discretos. Y vamos dándole porque, después de todo, el hincha nacional es tan analfabeto en lo que a fútbol respecta, que cualquier estupidez que se diga pasa colada.

¿En qué otra parte del mundo, frente a una derrota, el hincha apela al pueril “es que no mojaron la camiseta”? ¿En qué otro país se explica un contraste por el hecho de “no haber puesto huevos”? Sólo en Chile, donde la ignorancia es completamente funcional a la mediocridad ambiente.

Si Curicó no había podido como local, era prácticamente impensable que fuera a Asunción a escribir toda una hazaña. Y lo cierto es que el trámite del partido, lo que produjo uno y otro cuadro, fue de una clara diferencia de fundamentos y de recursos. Y no es que Cerro Porteño sea un gran equipo, sólo que con lo que tiene le alcanzó y le sobró para repetir la victoria y hacer suya una llave que lo habrá de enfrentar al Deportivo Maldonado de Uruguay o a nuestro bien conocido Fortaleza brasileño.

Lo de Curicó, ofensivamente hablando, sólo fueron aproximaciones, no oportunidades claras de gol. Quizá si la única estuvo en los pies de Zavala, que destapado y con ángulo de remate, la desvió lamentablemente cuando el encuentro todavía estaba con la cuenta en blanco.

Superado en todos los sectores del terreno, Curicó sólo evidenció dignidad para evitar que Cerro concretara una goleada, sólo que, claramente, con eso no alcanza para obtener la chapa de equipo competitivo en confrontaciones internacionales. De no haber sido por Fabián Cerda, y el desafortunadísimo ingreso de Moreno Martins, que se perdió dos goles increíbles, el marcador pudo perfectamente ser bastante más amplio para el representativo paraguayo, que hasta se dio el lujo de desperdiciar un penal promediando la primera etapa.

PORMENORES

Copa Libertadores, segunda fase, partido de vuelta.

Estadio: General Pablo Rojas (“La Olla”), Asunción.

Público: 35 mil espectadores, aproximadamente.

Árbitro: Wilmer Roldán (Colombia).

Cerro Porteño (1): M. Martínez; A. Espínola, J. Patiño, G. Báez, D. Rivas; C. Aquino, A. Cardozo-Lucena, W. Viera, F. Carrizo; D. Churín, R. Morales. DT: Facundo Sava. Cambios: 63’, A. Galeano por Viera y D. Bobadilla por Carrizo; 74’, B. Samudio por Morales: 81’, M. Moreno Martin por Churín y R. Piris por Cardozo-Lucena.

Curicó Unido (0): F. Cerda; A. Barrios, F. Bechtholdt, O. Merlo, R. De la Fuente; A. Nadruz, M. Sandoval, Y. Leiva; C. Zavala, D. Coelho y F. Castro. DT: Damián Muñoz. Cambios: 75’, J. Flores por Nadruz y F. Fritz por Zavala; 81’, P. Aliaga por Barrios y C. González por Castro; 86’, D. Urzúa por Sandoval.

Gol: 51’, Robert Morales, cabezazo (CP).

Tarjetas amarillas: Aquino, Viera, Bobadilla y Galeano (CP); Zavala, Castro y Sandoval (CU).

Incidencia: 37’, Churín (CP) estrelló penal en el travesaño.