El jugador de fútbol brasileño, Dani Alves, fue detenido el viernes en Cataluña, tras la denuncia de una mujer por una presunta agresión sexual en una discoteca de Barcelona durante la noche previa al año nuevo.
Alves declaró ante la policía y posteriormente el juzgado 15 de Barcelona aceptó de la solicitud de la Fiscalía de enviar al actual jugador de Pumas de México a prisión preventiva, por considerar que exista un alto riesgo de fuga gracias a su poder económico, que reside en América y a que en su país natal no existen convenios de extradición con España.
De acuerdo a lo informado por diario Marca, Alves arriesga una condena que oscila entre los cuatro a doce años de prisión.
Por su parte, el club mexicano Pumas, determinó poner fin al contrato con el defensa de 39 años, acepando así las posibles consecuencias legales y financieras que podrían suponer esta ruptura.
En un comunicado, señalaron «con esta decisión, el club reitera su compromiso de no tolerar actos de ningún integrante de nuestra institución, sea quien sea, que atenten contra el espíritu universitario y sus valores».
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