23 de noviembre 2024

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Sin duda una de  las medidas que más certezas ha entregado al cuidado frente a la pandemia, (antes de las vacunas) ha sido el uso de la mascarilla. 

Transcurridos más de dos años de la llegada del Coronavirus al país, hay quienes manifiestan que es necesario terminar con esta restricción, más aún desde el ámbito escolar, donde apoderados y docentes han acudido hasta La Moneda para solicitar el fin de los tapabocas. 

Desde el punto de vista médico, el presidente del Colegio Médico, Patricio Meza, afirma que “el uso de la mascarilla en nuestro país ha sido una de las medidas más exitosas del manejo de la pandemia, al igual que la vacunación. Creemos que el uso de este utensilio ha evitado que muchas personas se contagien, no solamente de Covid-19, sino que también de otros virus respiratorios”.

“Es por eso que nosotros creemos que en aquellos lugares que hay poca ventilación o en aquellos lugares donde no podemos mantener la adecuada distancia física el uso de la mascarilla sigue teniendo un rol importantísimo en el manejo de la pandemia. Sabemos que la mascarilla tiene algunos efectos adversos, nadie lo duda y que no es lo óptimo de estar permanentemente usándola, pero insistimos que es una estrategia muy positiva para disminuir el número de contagios en nuestro país».

Osvaldo Artaza, exministro de Salud manifiesta que «aún estamos con un nivel alto de contagios, por lo que sigue siendo recomendable usar siempre la mascarilla en espacios cerrados y en lugares abiertos donde hay aglomeración de personas. En los niños, es clave que se mantenga el uso de la mascarilla en la sala de clases hasta que baje el nivel de contagios y mejoren las condiciones climáticas que permitan mejorar la ventilación han sido muchos meses se entiende el cansancio pero aun hay que cuidarse».

Opinión de la Organización Mundial de la Salud

La OMS ha manifestado que los niños menores de 5 años no están obligados a llevar mascarilla.

Sin embargo,  recomiendan que el uso de mascarillas para los niños de 6 a 11 años, en aquellas zonas donde se sabe o se sospecha que hay transmisión comunitaria del virus en interiores, donde la ventilación es escasa o no puede evaluarse, incluso si se puede mantener una distancia física de al menos un metro.