22 de noviembre 2024

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La Selección vuelve este viernes en un charter tras una controvertida decisión que, en plena pandemia, representa más peligros que beneficios si no se cumple rigurosamente la burbuja sanitaria.

Por CAMILO REY de El Ágora.

El “abrazo de Chile”, como la prensa calificó pomposamente el reencuentro de Vidal y Bravo en La Roja, hizo emocionarse a muchos hinchas e. incluso, algunos reporteros deportivos se enternecieron con la imagen que llegó a través de las redes sociales. En un medio de evidentes superficialidades donde pocos intentan interpretar los hechos más allá del mensaje obvio, el show mediático de los jugadores dejó en segundo plano las decisiones adoptadas por los responsables de la selección chilena cuando ya está garantizada su clasificación a los cuartos de final de la Copa América.

Poco antes de ese marqueteado abrazo, el técnico Martín Lasarte había comunicado a los jugadores su determinación más difícil de adoptar en el último tiempo: traer de vuelta al plantel a Chile por espacio de nueve días con el argumento que el gerente deportivo Francis Cagigao expuso sin mayores razones ni convicción: “En Chile tenemos mayores comodidades y los jugadores que están lastimados podrán tratarse en mejor forma, a la vez que podremos usar una cancha en mejor estado como la de Juan Pinto Durán”, detalló el español.

Lo cierto es que, como siempre, la presión de los propios jugadores influyó para que Lasarte diera otro margen –una vez más- a las decisiones grupales y aceptara embarcarse en un charter este viernes, después del partido con Paraguay. Hasta antes de resolverse la vuelta, celebrada con efusividad por los jugadores, según los comunicadores de la ANFP existía la opción de concentrar a Chile en Floraniápolis, el lujoso balneario brasileño que cuenta con instalaciones suficientes para recibir a cualquier delegación.

LOS RIESGOS DE LA AVENTURA

En rigor, el regreso de La Roja supone una serie de medidas y riesgos que superan largamente los beneficios de permanecer en Brasil como las ocho delegaciones restantes. Y es que el ejemplo de Argentina no avala la decisión de la ANFP, ya que el plantel liderado por el astro Lionel Messi permanece encerrado en el complejo de Ezeiza en Buenos Aires cuando retorna de sus partidos en la Copa América.

En el caso del programa que espera a selección chilena, se adelanta que incluso los jugadores podrian disponer de dos o tres días libres, lo que directamente contraviene todas las exigencias impuestas por la burbuja sanitaria implementada por la Conmebol y las autoridades del Minsal.

La reciente experiencia de Arturo Vidal, quien se contagió de covid 19 en la vispera del torneo, no fue suficiente motivo para precaver los riesgos que encierra esta eventura del retorno, quizás más peligrosa que cualquiera de los rivales del campeonato. Acaso, incluso, razón lógica para plantearla como dilema al mediático ministro Enrique Paris…

A la espera de que la planificación se divulgue oficialmente, parece improbable que el plantel conserve durante los nueve días las rigurosas reglas de la buburja sanitaria –con una rutina desde Pinto Durán al hotel y viceversa- sin caer en la tentación de disfrutar de días libres para reecontrarse con la familia, los amigos… o el peluquero.