22 de noviembre 2024

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Ratificando su buen momento, Nicolás Jarry se hizo del título del torneo organizado por su abuelo, Jaime Fillol, al derrotar en la final al argentino Tomás Martin Etcheverry en un emocionante y disputado partido, por 6-7 (5) 7-6 (5) y 6-2, y subir aún más en el ranking para ser el número 52 del mundo. El dobles fue para los italianos Andrea Pellegrino y Andrea Vavassori que derrotaron al binomio formado por el promisorio chileno Matías Soto y el brasileño Thiago Seyboth Wild, en un dramático 6-4 4-6 12-10

Por SERGIO RIED


El mejor y más atractivo torneo de la ATP 250 de Santiago contó con un menú completo de actores de primera línea, encabezados por el italiano Lorenzo Musetti, número 18 del mundo, seguido por el finalista del año pasado, Sebastián Báez (36), y el pupilo de Nicolás Massú, el austriaco Dominic Thiem, quién debido a sus largas lesiones ostenta el número 99 en el ranking, después de haber sido el 3 cuando ganó el US Open en 2020. También engalanaron el certamen de la familia Fillol Diego Schwartzman, que hasta el año pasado era top 10 y la completa Armada Argentina que fue desmantelada en los octavos y cuartos.

Nosotros, los dueños de casa, tras las derrotas de Alejandro Tabilo en primera ronda ante el español Jaume Munar en un increíble tiebreak en el tercer set, y Cristian Garin frente a Sebastián Báez en segunda ronda, seguimos soñando de la mano de Nicolás Jarry, nuestro único sobreviviente, que derrotó sucesivamente al peruano Juan Pablo Varillas (67), Diego Schwartzman (37), al alemán Yannick Hanfmann (156) y al español Jaume Munar (66) en semis, antes de enfrentarse al sorprendente argentino de 1.93 mts., Tomás Martin Etcheverry (76), en una final entre gigantes. 

El court central de San Carlos de Apoquindo con sus graderías completas en las sesiones nocturnas, una excelente organización y una transmisión televisiva en la que destacó la multifacética Macarena Miranda en los comentarios, hicieron que la fiesta fuera completa. Y que en la final estuviera el nuevo héroe de nuestro tenis: Nicolás Jarry.

LA FINAL

En un partido de resultado incierto hasta los dos primeros games del tercer set, cuando Nicolás Jarry dejó de seguirle el juego de devoluciones desde el fondo de cancha a su rival, el argentino Tomás Etcheverry, un experto en la materia y se decidió a atacar y subir a la red. Casi dos horas demoró el chileno en darse cuenta de que subiendo a la red ganaba fácilmente los puntos y que a pelotazos desde el fondo los perdía. Así y todo tuvo en sus manos el tiebreak del primer set con un 5-4 a favor y dos servicios.

Volvió a tener oportunidades en la segunda manga pero esta vez no cometió errores y se hizo del tiebreak por 7-5. Ya igualados a un set, Nicolás fue una aplanadora e hizo trizas a su rival, que pese a seguir devolviendo desde muy atrás de la línea de fondo, fue incapaz de contrarrestar los ataques de su rival que lo apabullada pegando de derecha y revés y subiendo a la red a liquidar los puntos. Así se llegó, gracias a dos quiebres de servicio del argentino a un 5-1 y luego al 6-2 que sellaba el triunfo del nieto de Jaime Fillol, justamente en el torneo que organiza su familia.

La celebración fue en grande, con la esposa del campeón y el bebé de ambos, los padres, tías, tíos y abuelo que abrazaban al nuevo monarca de este brillante Santiago Open.

En un rincón, solitario y pensativo Tomás Etcheverry, un jugador de gran proyección que llegaba por primera vez en su carrera a la final de un ATP, se limitaba a pensar y mirar una celebración que fácilmente pudo ser suya.