Investigación realizada por el Observatorio de Gestión de Personas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, junto a la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF), da cuenta de la cruda realidad que viven las mujeres que se dedican a este deporte en el país. Entre los resultados, destaca que solo un 4,4 por ciento de ellas tiene un contrato laboral con el club al que pertenece y que no más de un 1 por ciento gana un sueldo igual o superior a $1.000.000. El trabajo identificó, además, cifras relevantes de conductas inapropiadas y acoso sexual hacia las jugadoras, particularmente entre los 15 y 25 años.
Retratar la situación actual que vive el fútbol femenino en nuestro país, y analizar las barreras institucionales y culturales que enfrentan las jugadoras de fútbol para el desarrollo de su carrera en este deporte. Estos fueron los objetivos de una investigación realizada por el Observatorio de Gestión de Personas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, junto a la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF).
Los resultados del estudio “Radiografía al Fútbol Femenino” fueron presentados por Pedro Leiva, director del Observatorio Gestión de Personas; Pedro Hidalgo, director del Departamento de Administración de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile; y Carla Rojas, coordinadora de Inclusión y Género del Observatorio. El evento, además, contó con la presencia de Melissa Cardinal, consejera política de la Embajada de Canadá; Diego Karmy, gerente de Desarrollo y Nuevos Proyectos de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP); y Gamadiel García, presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales.
Entre los hallazgos del trabajo destacados por Carla Rojas, destaca que el 83 por ciento de las jugadoras de fútbol no recibe remuneración alguna; «mientras que un 8,5 por ciento recibe entre $100.000 – $499.000, un 5,8 por ciento recibe menos de $100.000 y solamente un 1,0 por ciento gana $1.000.000 o más. Ahora, solo para contrarrestar, es importante mencionar que el fútbol masculino de la primera división gana en promedio $9.000.000, mientras que los de la segunda división representan un promedio de $3.000.000 a $2.500.000 mensuales».
Junto con plantear que las remuneraciones de las jugadoras son mayoritariamente bajas o nulas, la coordinadora de Inclusión y Género del Observatorio Gestión de Personas de la U. de Chile indica que “en cuanto a la relación institucional de las jugadoras, se puede evidenciar que solamente un 4,4 por ciento de ellas tiene un contrato laboral con el club al que pertenece. Además, las jugadoras de fútbol con contrato laboral corresponden solo a jugadoras de la primera división, siendo un 8,2 por ciento del grupo”, señala Carla Rojas.
Conductas inapropiadas y acoso sexual
El trabajo también da cuenta de conductas inapropiadas y acoso sexual hacia las jugadoras de fútbol, situación que afecta particularmente a mujeres entre los 15 y 25 años. “Sobre la afirmación ‘Algún miembro de tu equipo te ha hecho sentir incómoda con alguna actitud física’ (acercamiento físico, tomar por la cintura, besos en la mano, etc.), se observa que en el tramo entre 15 y 20 años el 1,4 por ciento indica con frecuencia y un 5,0 por ciento casi nunca. En el tramo entre 21 y 25 años, el 6,5 por ciento responde casi nunca. En el tramo entre 26 y 30 años, el 1,9 por ciento señala casi nunca. Y en el tramo entre 31 y más años, el 100 por ciento indica nunca».
Respecto a estos resultados, la coordinadora de Inclusión y Género del Observatorio de la U. de Chile enfatizó que «lo interesante de estos datos es que algunos pueden pensar que son cifras muy bajas o poco relevantes, pero la realidad es que son cifras bastante altas debido a que son hechos que están penalizados y no deberían ocurrir nunca”.
En la misma línea, Andrés Otero, subsecretario del Ministerio del Deporte, comentó que «en cuanto al acoso sexual que han recibido nuestras jugadoras, no estamos hablando de porcentajes bajos, sino que este tipo de situaciones no pueden pasar en la discriminación de género y lamentablemente ha ocurrido siempre, pero por años se ocultó. En este sentido, junto al diputado Sebastián Keitel, en el año 2018, presentamos un proyecto de ley para la creación de un protocolo de no abuso, no discriminación, no violencia y no acoso, el cual fue aprobado transversalmente por todos los sectores políticos. Este nos obligaba como Ministerio del Deporte a que todas las organizaciones deportivas, sin excepción, tienen que adoptar este protocolo y asignar a un responsable para que esté constantemente investigando y también esté a cargo de recibir las denuncias de las jugadoras».
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