22 de noviembre 2024

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Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunió con distintas autoridades chilenas en materia de economía y finanzas para evaluar las proyecciones de Chile.

Cabe recordar que hace casi tres semanas el mismo ya había reajustado las proyecciones económicas para Chile.

La misión estuvo en variadas reuniones entre los días 18 y 27 de octubre y presentó un reporte donde destaca que «tras una notable recuperación posterior a la pandemia de Covid-19, la economía chilena está experimentando una transición necesaria hacia un crecimiento más sostenible».

El informe además destaca la respuesta y rápida recuperación ante los efectos económicos de la pandemia, además, que «en un entorno caracterizado por una brecha del Producto positiva, fuertes presiones inflacionarias y un abultado déficit de la cuenta corriente, las autoridades han endurecido debidamente las políticas macroeconómicas, sin dejar de apoyar el empleo que se encuentra rezagado ni de proteger a los más vulnerables».

Con todo ello, el FMI proyecta que el PIB de Chile este año cierre con un crecimiento de 2,1%, una décima por sobre encima de lo que recientemente indicó en la actualización de su Panorama Económico Mundial. Además de otra décima, pero por debajo, de lo que contempla el gobierno.

Por el contario, para el año 2023, y en línea con otras proyecciones, refuerza la idea que el PIB caerá aún más, desde el -1% que estimaba previamente hasta un -1,3%.

BALANZA DE RIESGOS Y LA INFLACIÓN

Si bien el FMI concuerda con ajustes recientes como el de la calificadora S&P que «se inclina a la baja», señala que se aprecian riesgos externos entre los que «están la posibilidad de una desaceleración o recesión mundial brusca, con la consiguiente escalada de las primas de riesgo internacionales y volatilidad de los precios de las materias primas; un posible desanclaje de las expectativas inflacionarias en las principales economías en paralelo con un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales; shocks en los precios de las materias primas; o una intensificación de los efectos colaterales de la guerra de Rusia en Ucrania».

Por su parte, en el caso de los riesgos internos, se observa que «están relacionados con una inflación elevada que se prolongue más de lo previsto, malestar social por los precios elevados de los alimentos y la energía, lentitud en las reformas para satisfacer las demandas sociales. Si bien se espera que el proceso de reforma constitucional continúe, la incertidumbre sobre su resultado se ha aminorado».

En esa misma línea, el FMI estima que la inflación cerrará el próximo año en torno al 5% y para el 2024 la cifra podría decrecer hasta el 3%, de acuerdo a los objetivos del Banco Central.

En su reporte, el organismo además destaca «la gran solidez de los fundamentos económicos y de los marcos de política son la base de la resiliencia de Chile y de su capacidad para responder a los shocks».

Junto con lo anterior, también destacó el rol del Banco Central con «una política monetaria más restrictiva para moderar las presiones inflacionarias, y continúa vigilando los riesgos que inciden sobre el escenario macroeconómico».

Así, el organismo califica la orientación de la política monetaria como «adecuada». No obstante, prevalecen los riesgos al alza para la inflación, lo cual podría hacer necesaria una prolongación del ciclo de endurecimiento si las presiones inflacionarias persisten».

Por su parte, respecto a la política fiscal indicó que «los resultados fiscales superiores a las metas que han obtenido las autoridades en 2022 son notables. Se prevé que el saldo fiscal general arroje un superávit de 1,6% del PIB (el primer superávit en una década), frente a un déficit de 7,7% del PIB en 2021. Esta extraordinaria consolidación tuvo como base el retiro de las medidas de estímulo relacionadas con la covid-19 y una sólida recaudación de ingresos (en parte por factores excepcionales). El gobierno además repuso US$6.000 millones en el fondo de ahorro soberano y reasignó gasto dentro de la dotación presupuestaria para apoyar a los más vulnerables, incluyendo: i) medidas para mitigar el impacto de los altos precios de la energía y los alimentos; ii) subsidios a favor del empleo en los sectores rezagados; y iii) transferencias focalizadas para los hogares».

En este mismo punto, el organismo afirmó que «el proyecto de Ley de Presupuesto de 2023 se centra en el gasto social y la inversión pública de forma coherente con la sostenibilidad fiscal a mediano plazo preanunciado por las autoridades y la sostenibilidad de la deuda». No obstante, recomienda que «a fin de apoyar el proceso desinflacionario y la convergencia de la cuenta corriente, sería recomendable ahorrar todo ingreso por encima de lo proyectado y esperar para desembolsar fondos no asignados».

REFORMAS

El informe además aborda las reformas más importantes del gobierno, como es, principalmente, la reforma tributaria, donde señala que «las reformas del gasto social deben avanzar a medida que se materialicen los frutos de la reforma tributaria conforme a los objetivos fiscales a mediano plazo».

En este punto, advirtió que «el umbral de exención continuaría siendo elevado, y las tasas de impuesto para los tramos bajos e intermedios de la escala impositiva se mantendrían modestas, en relación con las normas internacionales». Además, agrega que «las experiencias de distintos países hacen pensar que podría ser difícil que se materialicen los rendimientos que se prevé obtener de la administración tributaria y el impuesto al patrimonio. Para preservar la sostenibilidad fiscal, el aumento del gasto debe estar condicionado a la evolución de los ingresos y a las metas de consolidación fiscal a mediano plazo».

Respecto a la reforma al sistema previsional, el FMI afirmó que «es necesaria para subsanar pensiones deficientes (…) «son muchos los chilenos con pensiones deficientes, una dificultad agravada por los retiros pensionales».

Así mismo, el informe apunta que se debe considerar que «i) el margen para ampliar la pensión universal de manera sostenible; ii) un incremento de las tasas de contribución y su destino (cuentas individuales frente al pilar redistributivo); iii) medidas para mejorar la densidad de las contribuciones, en especial para las cohortes más jóvenes, y reducir la informalidad; iv) incrementos en la edad de jubilación; y v) las funciones de los Fondos de Pensiones (AFPs). Deben evitarse nuevos retiros de los ahorros pensionales».

«La reforma previsional que se avecina debe tener en cuenta las implicaciones macroeconómicas y para el mercado de capitales, entre otras, la necesidad de incrementar los ahorros agregados y de financiar la inversión a largo plazo. Los planes de las autoridades para establecer un mercado de repos, desarrollar un sistema de operadores primarios, promover las tecnofinanzas (con el apoyo de la nueva Ley Fintech) y fomentar la internalización del peso chileno podrían suponer nuevas vías para profundizar los mercados de capital. El aumento de la productividad y la innovación son también prioridades clave del gobierno» concluye el informe del FMI.