6 de mayo 2024

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que «lo peor está por llegar, y para mucha gente 2023 se sentirá como una recesión», además de señalar que si China se frena, el mundo también.

Al igual que la OCDE -que según sus indicadores Chile es el país miembro con las señales más fuerte de ralentización económica-, la FMI también informó una proyección pesimista, al sostener que el PIB de Chile será de 2% este año, pero con una contracción de 1% en 2023.

A nivel global, la economía se frenará más de lo esperado en 2023, año en que varios lugares del mundo caerían -o caerán- en recesión, según el FMI, que rebajó hasta 2,7% su previsión de crecimiento para el próximo año (2 décimas menos respecto de la última proyección).

La entidad mantiene en 3,2% la previsión de crecimiento mundial en 2022, y asegura que los riesgos que ya han ralentizado la evolución económica mundial van a seguir y hasta podrían agudizar el problema.

Al menos un tercio de las economías mundiales entrarán en recesión técnica el próximo año, por lo que tendrán mínimo dos trimestres consecutivos de contracción del PIB, según el Fondo, que también calcula que existe 25% de probabilidad de que la situación se ponga peor y el crecimiento global de 2023 no alcance ni el 2%, lo cual no se veía desde 2001, sin contar el primer año de pandemia.

Todo ello en un momento marcado por una elevadísima inflación a nivel mundial que puede traer problemas mayores si no se frena a tiempo. De ahí que el Fondo anime a los bancos centrales a que sigan endureciendo su política monetaria, aunque eso lleve a una inevitable ralentización económica.

«En resumen, lo peor está por llegar, y para mucha gente 2023 se sentirá como una recesión», llega a decir el director de investigación del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, en la introducción de este informe marcado por sus previsiones poco halagüeñas.

La invasión rusa de Ucrania, que sigue «desestabilizando poderosamente» la economía mundial y ha llevado a Europa a una «crisis energética severa», así como la espiral de inflación en todo el mundo y la ralentización de la economía de China son para el Fondo los factores que están marcando la evolución económica mundial y seguirán haciéndolo en un futuro próximo.

En el caso de las economías avanzadas, el Fondo empeora las previsiones de este año de Estados Unidos (1,6% de crecimiento frente al 2,3% pronosticado en julio), pero mantiene las de 2023 (un 1%), y hace lo contrario en el caso de las principales economías del euro, que se verán especialmente resentidas el año que viene.

La zona euro cerrará este año mejor de lo esperado -con un crecimiento del 3,1%, medio punto más que en la anterior previsión- gracias a varios factores, entre ellos el mantenimiento de los fondos de recuperación, una política monetaria menos restrictiva y el empuje de dos grandes economías, España e Italia, con sus buenos datos en el sector turístico.

Pero el FMI recalca las «significativas» diferencias entre unos países y otros y la evolución que les espera, y augura un freno mucho mayor para los países más dependientes del gas ruso. Por eso en 2023 la zona euro sólo avanzará el 0,5 %, siete décimas menos que lo que el Fondo calculaba antes.

El gigante asiático crecerá el 3,2% este año y el 4,4% el que viene, según el FMI, una y dos décimas menos, respectivamente, de lo que calculaba el informe anterior.

Su política de covid cero y sus continuos cierres han pasado factura al conjunto de su economía, a lo que se añade que sectores clave como el inmobiliario se han «debilitado rápidamente».

El freno de China está siendo uno de los factores que más afecta al curso económico mundial, sobre todo por los graves problemas que está produciendo en las cadenas de suministro. Algo que, recalca el fondo, seguirá «pesando fuertemente sobre el comercio y la actividad globales».