21 de noviembre 2024

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La Fiscalía Nacional Económica (FNE) publicó el informe preliminar de su estudio sobre el mercado fúnebre, recomendando nueve medidas para aumentar la competencia que tendrían como efecto una caída importante en el precio de los servicios funerarios y de los servicios de inhumación (cementerios y crematorios).

«Proponemos una reforma para aumentar la transparencia en el mercado y permitir una comparación más fácil de los servicios, cambiando de manera relevante las condiciones de la industria para hacerla más competitiva y así obtener bajas importantes en los precios», señaló el Fiscal Nacional Económico, Ricardo Riesco.

En su estudio se detectó que aproximadamente un 70% de los consumidores no cotiza entre las diversas funerarias y que un 49% dijo no haber recibido ninguno de los beneficios mortuorios que entrega el Instituto de Previsión Social (asignación por muerte) o las AFP (cuota mortuoria), los que son cobrados directamente por las funerarias. Eso contribuye a una baja competencia en el mercado.

En este sentido, Riesco señaló que «nuestro estudio demuestra con datos concretos que existe una baja competencia en el mercado por captar a los clientes de servicios funerarios, que los consumidores presentan sesgos conductuales que les impiden cotizar y elegir la mejor opción entre servicios equivalentes y que también existe un gran desconocimiento por parte de la población de los beneficios mortuorios a que tienen derecho».

Respondiendo a este diagnóstico, las medidas propuestas por la Fiscalía apuntan a que los consumidores aumenten su cotización por servicios funerarios, haciendo más transparente las prestaciones y los precios que cobran las funerarias. También se propone la creación de un «Plan Preferente» estandarizado para cada uno de los servicios funerarios que permita un marco de referencia para una cotización más rápida, sin perjuicio naturalmente de la elección final del consumidor del plan funerario que estime más adecuado.

Estas recomendaciones se ven reforzadas por otras medidas, como la de realizar cambios normativos para promover la compra anticipada de los servicios funerarios –como es frecuente en otros países– e introducir una mayor competencia entre todos los establecimientos fúnebres respecto de las prestaciones incluidas por el precio correspondiente al de los beneficios mortuorios, todo lo cual debiese impactar de manera relevante, a la baja, el precio de dichos servicios.

Asimismo, la FNE recomienda permitir una mayor libertad de elección de las personas respecto de los servicios fúnebres que contratan, de tal modo que estos puedan adquirir los bienes vendidos de manera separada y no solamente de manera empaquetada a través de planes, además de establecer una regulación técnica más acabada de los ataúdes que permita, eventualmente, la entrada de nuevos actores en este segmento.

De acuerdo con los antecedentes recabados por la FNE, a partir de una muestra de funerarias y cementerios, el gasto promedio por un funeral completo sería de $2.345.745, si el destino final fue una sepultura, y de $2.146.425 si fue una cremación.