Israel afirmó este viernes ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que existe «una guerra trágica en curso, pero no un genocidio» en Gaza, y acusó a Sudáfrica de ser aliado del grupo extremista islámico Hamás.
El gobierno israelí mediante su agente, Gilad Noam, declaró en su intervención que «Sudáfrica tiene un claro motivo ulterior cuando le pide (a la CIJ) que exija a Israel mantenerse alejado de Rafah y retirar todas sus tropas de Gaza. Lo hace para obtener ventaja militar para su aliado, Hamás, a quien no desea ver derrotado».
En ese contexto, aseguró que Sudáfrica hace una semana recibió a una delegación palestina para «continuar su campaña contra Israel» y que «no utilizó la reunión para instar a Hamás a liberar a los rehenes, dejar de atacar a civiles israelíes, cesar el uso de escudos humanos, y dejar de operar desde y cerca de hospitales, instalaciones de la ONU y otros sitios protegidos».
E insistió en que «Sudáfrica desea ver a Hamás mantener el control de los palestinos en Gaza y condenarlos a la miseria. Es Israel quien desea ver un futuro diferente para Gaza».
Igualmente, Israel reconoció que «como es el caso en todos los conflictos armados, pueden ocurrir incidentes que involucren presuntas violaciones de las normas» y precisó que «ningún Estado es infalible».
En ese sentido, aseguró que «el sistema legal independiente y robusto de Israel ya aborda todas las denuncias de mala conducta».
De igual forma, resaltó que «conflicto armado no es sinónimo de genocidio» y que «los incidentes excepcionales son solo eso, excepcionales», por lo que «no evidencian una política de comportamiento ilegal, mucho menos una política de genocidio».
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