Por EDUARDO BRUNA
No será, seguramente, la mejor versión de Argentina. Pero con Messi a la cabeza el cuadro albiceleste sigue siendo un rival potente y de respeto. Desde ese punto de vista, no cabe duda que el 1-1 conseguido por La Roja en el flamante estadio de Santiago del Estero, por las Clasificatorias hacia Qatar 2022, es absolutamente meritorio. Para que ello se produjera fue vital la actuación de los “viejos estandartes”, porque así como Medel fue figura inmensa en el fondo, bien secundado por Isla y un Mena que demostró por qué volvía después de tanto tiempo de ausencia, más la labor siempre eficiente de Aránguiz, quien resultó clave para mantener la paridad fue Claudio Bravo, quien con tres o cuatro atajadas de su marca, demostró que entre él y el resto todavía hay varios peldaños de diferencia.
Cuando Argentina, dueña casi por completo del balón y del terreno, carecía de profundidad, claridad e inventiva para superar a una defensa generalmente aplicada y eficiente, fueron los remates de Messi los que llevaron la mayor zozobra al área nacional, sólo que ahí estuvo el actual arquero del Betis para frustrar los intentos de quien fue su compañero en el Barcelona.
Si en la primera etapa Bravo había sido fundamental para irse al descanso 1-1, sacando de manera notable un tiro libre de Messi que se colaba en un ángulo, en los últimos minutos, con La Roja convertida en un frontón, el histórico arquero y capitán fue colosal para repeler los envenenados disparos de quien es, para muchos, al mejor jugador del mundo.
La Roja alcanzó el premio justo para su esfuerzo. Como otras veces en estos partidos clasificatorios, el cuadro ahora conducido por Lasarte demostró tener muy poco como para aspirar a algo más. Meneses hizo lo que pudo y su aporte no fue poco, pero cuando se trató de defender y de obstruir, al paso que Vargas no superó rendimientos anteriores, que lo muestran en un claro declive, por lo demás natural: el “peak” de su rendimiento lo vivió hace diez años, con esa U campeona de la Copa Sudamericana dirigida por Sampaoli.
Al cabo, y pese que en su soledad no fue mucho lo que pudo hacer, Alexis fue el único distinto, sobre todo durante la primera etapa. El único que, recibiendo incluso balones de espaldas al arco, era capaz de aguantar la marca eludiendo el anticipo trasandino que se comía al resto. En la segunda etapa, es cierto, bajó muchísimo, pero tampoco se le podía pedir más a uno que sintió la especial preocupación que sobre él tuvieron los defensores albicelestes.
Quizás si el mayor mérito de este cuadro de Lasarte fue saber asimilar de buena forma el gol argentino de la apertura. Porque el encuentro era dentro de todo parejo cuando Maripán, que prolongaba en la primera etapa la baja actuación que le cupo frente a Venezuela, se vio demasiado lento ante el pique corto de Lautaro Martínez y llegó esa décima de segundo tarde justa para cometer el penal que ratificó el VAR, tras las consultas del caso.
Corrían 24 minutos de juego y Messi la puso en un rincón bajo, opuesto al que fue Bravo, que se jugó hacia su derecha. Era un gol para, si no derrumbarse, sentirlo como un accidente de esos que “siempre nos pasan a nosotros”. Lo positivo, sin embargo, fue que La Roja no perdió la línea y, dentro de los escasos recursos que tenía para buscar, se encontró a los 36 minutos con una incidencia a la cual se le pudo sacar partido. Esta vez, fue la defensa albiceleste la que mostró, ante un tiro libre de Aránguiz por falta de Foyth a Meneses, esa desaplicación que en otras oportunidades hemos sufrido nosotros.
Por el otro extremo del área, cercano a la línea de fondo, Medel capturó ese balón en el momento justo para meterlo al área chica, donde estaba completamente descuidado Alexis para empujarla con el arco absolutamente desguarnecido.
El transitorio empate reforzó las convicciones de La Roja y pareció llenar de dudas a una Argentina que, más allá de su dominio, nunca pudo encontrar el tono. Al cabo, el último sofocón del primer tiempo fue ese tiro libre de Messi al ángulo, y que Bravo repelió de manera espectacular.
Se pensaba que Lasarte aprovecharía el descanso para mover el tablero. Para ello se calculaba que, además de su bajo nivel, Vargas terminó la primera etapa dando muestras de estar físicamente tocado. Y el otro jugador a examinar era Maripán, cuya evidente lentitud en ese mano a mano con Lautaro Martínez había resultado más que preocupante. Sin embargo, Lasarte siguió confiando en sus once elegidos y lo cierto es que el defensor del Mónaco terminó afirmándose y, a favor del esquema de La Roja, en espacios cortos su lentitud fue perfectamente disimulada.
Más allá de afrontar el segundo tiempo dispuesta a compartir más la posesión de la pelota, llegando en algunas ocasiones con interesantes aproximaciones a la portería albiceleste, fue notorio que, conforme avanzaban los minutos, La Roja fue echándose cada vez más atrás, transformándose por momentos en un frontón.
En esos minutos finales, de absoluto dominio argentino, La Roja también mejoró un aspecto que durante la primera etapa había quedado al debe: el anticipo. Porque resultaba exasperante a ratos la libertad con que recibían en balón los jugadores albicelestes hasta tres cuartos de cancha. Y extraño, además, considerando que los técnicos rioplatenses, como lo es Lasarte, suelen remarcar ese aspecto vital del juego para que el rival no llegue hasta las últimas posiciones con balón dominado.
Como sea, lo mejor fue que La Roja, ni en sus peores momentos de agobio, perdió la calma. Cuando hubo que reventarla se hizo, pero generalmente se intentó salir jugando, por más que la pelota se perdiera una y otra vez llegando al mediocampo.
En suma, fue bueno el debut ofiicial de Lasarte, al menos en lo que respecta al resultado. Sólo que ahora es obligación ganarle a Bolivia el próximo martes, porque de lo contrario el valioso punto rescatado frente a la Argentina de Messi servirá de bien poco.
PORMENORES
Partido válido por las clasificatorias hacia el Mundial de Qatar.
Estadio: Unico Madre de Ciudades, de Santiago del Estero.
Arbitro: Jesús Valenzuela (VEN).
ARGENTINA (1): E. Martínez; Foyth (81’ Molina), Martínez Quarta (46’ Lisandro Martínez), Romero, Tagliafico; De Paul, Paredes (81’ E. Palacios), Ocampo (46’ Correa), Messi; Lautaro Martínez, Di María (62’ Alvarez).
CHILE (1): Bravo; Isla, Medel, Maripán, Mena; Galdames (65’ Pinares), Pulgar, Aránguiz (85’ Alarcón), Meneses; Sánchez y Vargas (81’ C. Palacios).
GOLES: Para Argentina Messi, de penal, a los 24’; para Chile, Sánchez, a los 36’.
Tarjetas amarillas: En Argentina, Martínez Quarta y Romero; en Chile, Galdames y Aránguiz.
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