Por JULIO SALVIAT de El Ágora.
El gol de Luciano Aued cuando recién se cumplían los diez minutos de juego abrió ilusiones en un lado y cambió planes en el otro. Esa palomita desde el borde del área grande para empalmar un córner servido por Marcelino Núñez y que todos esperaban agarrados en el área chica le devolvió a Universidad Católica la esperanza de conseguir lo que hace diez años dejó de hacer y que hace dos fechas parecía imposible: pasar a octavos de final de la Copa Libertadores. Y, a la vez, esa conquista le hizo ver a Atlético Nacional que lo planificado ya no servía: en desventaja, tendría que dejar su juego especulativo para ir derechamente a buscar el arco contrario.
El gol de Diego Valencia cuando faltaban poco más de diez minutos para el pitazo final terminó con el suspenso en el partido y estableció las posiciones definitivas en la serie, porque paralelamente Nacional ya le ganaba a Argentinos Juniors en Montevideo. De este modo, los protagonistas del encuentro que terminó cerca de la medianoche en San Carlos de Apoquindo tomaron sendas distintas: la UC se clasificó segundo en el Grupo F y se embolsó un millón de dólares por el logro, mientras los colombianos terminaron últimos y se quedaron sin pan ni pedazo. El consuelo de la Copa Sudamericana quedó para Nacional de Montevideo.
Entre ambos goles, el equipo de Medellín tuvo permanentemente el control del juego y Universidad Católica se gestó las mejores ocasiones para anotar. Bien dotados técnicamente, pero muy incapaces en el área, los colombianos se acercaron con mucha frecuencia al arco defendido por Sebastián Pérez, pero pocas veces lo pusieron en peligro. Al revés, el trabajo del portero Aldair Quintana fue muy espaciado, pero siempre exigente.
La incógnita que despertaban las ausencias en Universidad Católica se despejó bastante temprano. El “Zanahoria” Pérez estuvo impecable, y nadie echó de menos a Matías Dituro. Marcelino Núñez, ubicado como lateral volante, no hizo menos de lo que venía realizando José Pedro Fuenzalida. Y Diego Valencia se sintió mejor jugando solo que acompañado por Fernando Zampedri y terminó siendo la figura del partido. La repentina enfermedad que marginó a Raimundo Rebolledo tampoco resultó demasiado influyente: un cambio de sistema, con una línea de tres centrales, y con Núñez y Cornejo por las bandas, disimuló su ausencia.
El peso se lo llevaron los centrales cruzados, que estuvieron impecables en el juego aéreo y certeros en los bloqueos defensivos. Y para la contra, la velocidad de Valencia y la habilidad de Edson Puch fueron muy valiosas. Sus punzantes arremetidas convirtieron al arquero Quintana en otra de las figuras de la cancha, porque se encargó de evitar reiteradamente que la UC estirara las cifras.
En el aniversario de la final disputada con Sao Paulo en 1993, Universidad Católica vuelve a soñar con una hazaña similar. Renació después de dos derrotas iniciales y demostró que, jugando como lo hizo este miércoles por la noche, se puede parar frente a cualquiera.
PORMENORES
CANCHA: Estadio San Carlos de Apoquindo.
ÁRBITRO: WILTON SAMPAIO, DE BRASIL.
U. CATÓLICA (2): Sebatián Pérez; Tomás Asta-Buruaga, Brian Ampuero, Válber Huerta; Marcelino Núñez, Ignacio Saavedra, Juan Leiva (91’ Francisco Silva)), Luciano Aued (78’, Felipe Gutiérrez), Juan Cornejo (91’; Diego Valencia y Edson Puch (73’, Clemente Montes). DT: Gustavo Poyet.
AT. NACIONAL (0): Aldair Quintana; Yerson Candelo (73’, Baryan Córdova), Emanuel Olivera (73’, Jonathan Olivera), Geisson Perea, Danovis Banguero; Brayan Rovira, Baldomero Perlaza, Andrés Andrade, Neyder Moreno (62’, Alex Moreno), Jarlan Barrera; y Jefferson Duque. DT: A. Borges Guimaraes.
GOLES: 10’, Aued, cabezazo (UC); 79’, Valencia (UC)
AMONESTADOS; Valencia, Saavedra (UC), Núñez, Pérez y Asta Buruaga UC); Candelo y Rovira (AN).
EXPULSADOS: No hubo.
Revisa lo mejor del partido que clasificó a la UC:
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