El cuadro del rosarino igualó 1-1 como visitante frente al Burney, en un encuentro que tuvo más refriega que fútbol.
Por LUIS MORA OBREGÓN
La Premier League me tenía acostumbrado a partidos a ras de piso, con jugadores de mucha riqueza técnica, pero hoy desde el inicio del Burnley ante el Leeds me he encontrado con un juego a la antigua usanza inglesa: mucha fuerza física desmedida, que rosa en la mala intención y que más parece rugby que un buen encuentro de fútbol.
En un partido muy trabado e inusual por la cantidad de faltas, Burney (fundado el 18 de mayo de 1882) termina el primer tiempo con tres jugadores con tarjetas amarillas versos una del Leeds: su jugador estrella Kalvin Phillips fue pintado de amarillo.
En sendos contragolpes, Leeds United tuvo las oportunidades más claras de poder anotar.
En cuanto al banco de suplentes, Bielsa apuesta sólo con jugadores sub 23. Aquí donde se nota un plantel muy corto. Su única incorporación Junior Firppo no estuvo presente por salir positivo con COVID.
Un segundo tiempo el Burnley ahogó al Leeds con presión alta y en la misma tónica, a mucha fuerza, logra un gol a los 61 minutos por intermedio de Chris Wood.
Pasaron largos minutos donde Burnley fue muy superior, hasta que la bencina se empieza a acabar y el Leeds saca un as bajo la manga con Rafinha desbordando por la derecha en una suerte de rebote, Shackleton dispara de fuera del área y con la punta del zapato, el reciente nominado a la selección inglesa Patrick Bamford logra el empate a los 85 minutos.
El partido terminó con cuatro amarillas para Burnley y tres amarillas para Leeds United, extrañamente sin expulsados.
Vale mencionar que en la temporada pasada la campaña del Leeds de visita registró diez triunfos y diez derrotas. Una locura, todo o nada.
En los últimos minutos el partido terminó siendo dominado por el Leeds United, recordando los antiguos duelos de la liga inglesa, no lo que hoy por hoy caracteriza a la Premier League.
Y, para terminar, Leeds United necesita imperiosamente, a mi parecer, tres o cuatros refuerzos de categoría, que le permitan luchar de la mitad de la tabla hacia arriba, porque hoy con lo que tiene, si no pasa un milagro, Leeds United va a luchar por no descender y esto no es culpa del cuerpo técnico, sino una necesidad real de tener más variantes para lograr triunfos que lo mantengan en lo alto.
Leeds espera a Liverpool, después de las tres fechas FIFA por jugarse. Será el domingo 12 de septiembre en lo que será un marco de público espectacular y un partido que puede hacer historia, que bien puede ser el empujón anímico que le permita subir en la tabla de posiciones al cuadro de Marcelo Bielsa.
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