Por SERGIO ANTONIO JEREZ de El Ágora.
El fútbol es así, impredecible, a veces justo, otras no tanto. En ocasiones premia al mejor, otras al más pragmático. Unas veces se impone el que hace un mayor esfuerzo por ganar, en algunas triunfa el que no quiso perder. Un día vence aquel que dominó la pelota hasta hacerse dueño y señor, y cualquier tarde sale airoso el que sin tener tanto protagonismo fue más certero las veces que pudo acercarse a la meta contraria.
Y así mismo pasa con los jugadores. En un mismo partido pueden ser héroe y villano, bestia y bestial, aplaudido y repudiado.
Italia y España ofrecieron eso y mucho más en la primera semifinal de esta Eurocopa.
En un partido donde ninguno regaló nada, cada quien a su modo, los dirigidos por Luis Enrique habían sumado más méritos que los de Roberto Mancini, hasta que Federico Chiesa hizo recordar a su padre, Enrico, al anotar un golazo para poner a los azzurri en ventaja a los 60 minutos.
España encontró justicia a su mejor juego a los 79’, cuando Álvaro Morata, que había ingresado por Ferrán Torres, finiquitó una perfecta combinación con Dani Olmo –la figura del partido en los 120 minutos de juego- y puso el 1-1.
Vino el alargue, pero el marcador permaneció incólume, obligando a dirimir el ganador en la definición desde los doce pasos. Italia no había tenido que recurrir al expediente de los penales en todo su recorrido, pero La Roja ya sabía de esta instancia porque necesitó de ella para desembarcar a Suiza.
Y el telón no podía caer sin dramas. Los dos mejores de España –Olmo y Morata- fallaron lastimosamente, el primero desviando el remate y el segundo por la reacción del meta Donnarumma. Y uno que no había lucido para nada, que se vio muchas veces superado en la lucha en el mediocampo –Jorginho- conquistó el penal decisivo con notable frialdad y certeza.
Así es el fútbol.
De este modo, Italia será protagonista de la final en Wembley con la ilusión de repetir la fiesta de 1968, la única vez que fue campeón, superando a Yugoslavia. Ahora, su rival será Inglaterra o Dinamarca, que jugarán este miércoles, en el mismo Wembley.
PORMENORES
Eurocopa, semifinal.
Estadio: Wembley, Londres.
Árbitro: Felix Brych (Alemania).
Italia (1) (4): G. Donnarumma; G. Di Lorenzo, L. Bonucci, G. Chiellini, Emerson; N. Barella, Jorginho, M. Verratti; F. Chiesa, C. Immobile, L. Insigne. DT: Roberto Mancini. Cambios: 61’, D. Berardi por Immobile; 73’, R. Toloi por Emerson y M. Pessina por Verratti; 85’, M. Locatelli por Barella y A. Belotti por Insigne; 106’, F. Bernardeschi por Chiesa.
España (1) (2): Unai Simón; C. Azpilicueta, E. García, A. Laporte, J. Alba; Koke, S. Busquets, Pedri; M. Oyarzabal, D. Olmo, F. Torres. DT: Luis Enrique. Cambios: 61’, A. Morata por Torres; 69’, Rodri por Koke y G. Moreno por Oyarzabal; 85’, M. Llorente por Azpilicueta; 105’, T. Alcántara por Busquets; 108’, P. Torres por García.
Goles: 60’, Federico Chiesa (I); 79’, Álvaro Morata (E).
Definición por penales: para Italia marcaron Belotti, Bonucci, Bernardeschi y Jorginho, falló Locatelli; para España, Moreno y Alcántara, fallaron Olmo y Morata.
Tarjetas amarillas: Toloi, Bonucci (I); Busquets (E).
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