24 de noviembre 2024

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  • Por Juan Bustamante

La cordillera de Los Andes, que siempre ha atraído esquiadores al subcontinente sudamericano, está enfrentando una baja histórica en las nevadas este año, producto de una sequía que dura una década, y que los científicos atribuyen como consecuencia del calentamiento global.

La lluvia y la nieve escasas están dejando muchas de las montañas majestuosas, que se extienden entre Ecuador y Argentina, con áreas irregulares de nieve, o sin nada de nieve.

Con la caída de las precipitaciones y la disminución de los hielos en la región, comunidades que dependen de las montañas para el aprovisionamiento de agua pueden sufrir con la escasez, dice Ricardo Villalba, principal investigador del Instituto Argentino de Nieve, Hielos y Estudios de Ciencias Ambientales.

«Aquí estamos viendo un proceso de caída en las precipitaciones en un largo plazo, una megasequía»; dice Villalba.

«Si observamos los niveles de precipitación en toda la cordillera, muestran que o no nevó nada, o que nevó muy poco”, señaló el científico.

Las estaciones de esquí han reabierto después de largos cierres durante la pandemia y están atrayendo a los esquiadores nostálgicos a la frontera entre Argentina y Chile. Pero la escasez de nieve está obligando a muchos centros turísticos a transportar nieve para cubrir pendientes más populares o hacer nieve artificial.