24 de abril 2024

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En el contexto de una presión inflacionaria que ha elevado los precios de los alimentos, principalmente del trigo y la harina, tras la guerra entre Rusia y Ucrania, junto a otros factores como el alza del dólar y la decisión de algunos países de comenzar a racionalizar sus importaciones de comida, el desafío del gobierno es enfrentar este escenario de alta preocupación respecto al abastecimiento.

El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, en entrevista con Veritas Capitur, abordó distintas aristas locales respecto a esta crisis, desde el conflicto que se desarrolla en la Macrozona Sur del país donde se concentra la producción de trigo, la tarea de equilibrar el uso del agua para consumo humano y agrícola, además de los posibles cambios en derechos de agua en caso aprobarse la nueva Constitución.

¿Cómo se enfrenta este momento qué está viviendo el mundo? Considerando la cifras respecto a la importación y producción de trigo. La misma Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) plantea que hay que generar una suerte de protección territorial porque la Araucanía es importante para la producción de trigo. ¿Cómo se hace desde su cartera, que no le corresponde el tema de seguridad, que la harina y el pan se mantienen asegurados para los chilenos?

Tenemos datos menos alarmantes que lo que planteó un dirigente del sector triguero de la Araucanía. Datos duros: logramos un crédito que se llama “Siembra por Chile” con el BancoEstado, que era el antiguo crédito agrícola. El año pasado a esta fecha habían 600 créditos y ahora van 1200. Sabemos de la siembra de trigo muy activa que se está haciendo en zonas que habían dejado de producir: La zona costera del Maule y O’Higgins, y para qué decir de toda la zona sur de la región de Ñuble y la provincia del Biobío.

A lo anterior, hace referencia que «el ex ministro de Hacienda del gobierno de Piñera, Felipe Larraín, cree que la agricultura va a crecer entre 3% y 5% el próximo año».

Creemos que más allá de la violencia, que ha bajado en las últimas tres semanas: el gobierno escuchó.

Sin embargo no se ha eliminado la violencia del todo, porque como se ha dicho hasta el cansancio, no hay que inventar la pólvora, en todo el mundo las violencias territoriales se acaban con una negociación dura. Una negociación mediada internacionalmente con fondo relevante para los territorios, devolución de tierras, fomento productivo, que las forestales dejen parte de sus tributos. Y tercero, con una mejor labor de la fiscalía y las policías. El gobierno está trabajando en estas tres perspectivas. Yo le aseguro que al final de este gobierno habrá menos violencia en la Araucanía y mucho mejor convivencia.

¿Qué le parece que la SNA anunciara la creación de una Comisión de Seguridad y Soberanía Alimentaria con el propósito de enfrentar en mediano y también a largo plazo la crisis alimentaria mundial?

El presidente Boric se adelantó con su programa incorporando el concepto de “Soberanía y Seguridad Alimentaria” en vez del relato “Chile ha sido potencia exportadora de fruta, potencia agroalimentaria”. Pero se trata de combinar, no de excluir, porque ha sido muy importante para la generación de empleo y para el propio aporte de Chile, a la seguridad alimentaria del continente y del hemisferio norte. Porque nosotros producimos frutas cuando ellos están en invierno. Entonces es muy importante para ello el aporte que hace Chile. Siendo uno de los países más pequeños, es uno de los cinco grandes exportadores de fruta en el mundo.

Bien eso, pero no podemos ser indolentes a que éramos productores importantes de legumbres. Producíamos nuestros porotos, lentejas, garbanzos. Se mantiene una actividad menor con la quinoa, con habas. Hemos ido perdiendo terreno allí.

Hemos tenido un resultado mediano en cereales, según el censo agrícola, porque producimos harta avena y cebada. Mantenemos el 44% a 45% de la producción del trigo. No importamos sacos de harina, tenemos la industria de molinos en todo el centro norte y el sur, bastante significativa, pero no alcanzamos a producir la mitad del trigo.

De acuerdo al ministro, la calve está en buenos tratados. Chile es un líder en tratados comerciales que sirven en los dos sentidos. Y por tanto, importamos la otra parte del trigo que viene de Canadá, Estados Unidos y Argentina. Para la seguridad alimentaria sirve el intercambio, pero sirve también, y ahí está el concepto de soberanía, que tengamos más autosuficiencia, más circuitos regionales. A propósito de no depender del cierre de mercados, de los problemas de logísticas portuarias, de las barreras que generan algunos países en crisis. De ahí viene este concepto tan importante de soberanía.

¿Qué se está haciendo respecto al recurso hídrico para que la agricultura pueda realizar su labor?

Aquí hay que evitar el populismo del agua. Para eso el Presidente promulgó la ley de cambio climático y adaptación climática. El centro norte del país tiene una sequía de 13 años nunca antes vista, entonces se obliga a la seriedad de los actores.

Tenemos dos tercios de los municipios del país bajo emergencia agrícola, a través de ellos, se colabora, en caso de productores de queso de cabra y leche con forraje y pequeños proyectos de lo que se llama siembra de agua. En el sur, optan por camiones aljibes estanques en los predios y en quebradas.

En este sentido, destacó que el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) tiene un presupuesto récord de 40 mil millones de pesos. Además que la Comisión Nacional de Riesgo cuenta con 100 mil millones de pesos, “es bastante recurso”.

En la Araucanía hay 8 comités de embalses que han destrabado procesos para casi 40 pequeños embalses y avanzando en políticas de mediano tamaño y además se están activando proyectos de desaladoras multipropósito que cumplan con las normas internacionales. Esto último para que existan alternativas en las cuencas más dramáticas, como es el caso de Limarí, Chopa, el Aconcagua.

En el caso de Peñuelas, y el problema para una ciudad de un millón de habitantes como Valparaíso, el gobierno a través del MOP ha obligado a las canalistas a reducir la parte de invierno donde hay menos uso del agua para mantener los frutales. Junto con llenar el embalse Los Aromos.

Respecto a proceso constitucional, han surgido preocupación en el gremio agricultor, como es el caso de la SNA, en cuánto a qué va a pasar con los derechos de agua en caso de que se apruebe la nueva carta magna. ¿Cómo se recogen estas preocupaciones desde el sector Agrícola?

Gane o pierda la Nueva Constitución, en el sector agrícola se encuentra pendiente la ley de riego y en eso tiene que haber un gran acuerdo.

Fuimos muy fraternos con Víctor Allende, Presidente de la Sociedad Nacional Agricultura, pero precisando que no hay que generar visiones apocalípticas.

En el Ejecutivo no hay nadie de que dude de que debe haber certeza de agua en la medida de la capacidad de las cuencas para para los productores de alimentos.

En este modelo de la nueva Constitución se llaman permisos administrativos y la autoridad nacional del agua, como es el estándar de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Y existe la gobernanza por cuenca donde tiene que estar, por cierto, los puntos de vigilancia y los productores, pero también las empresas sanitarias: los sistemas de agua potable que ahora se llaman servicio sanitario rurales.
Y de esa manera, cuando hay crisis hídricas, se prorratea, se buscan arreglos, con construcción de directorios multi actor que permitan racionalizar el acceso al agua.

Cuentas que están absolutamente secas, y descertificada que, ya la acumulación de derechos de agua particulares es un mito. Lo que cuento del Aconcagua: no hay agua ni siquiera para el consumo humano del Gran Valparaíso. Y alguien o algo tiene que intervenir. Y eso está en el código de aguas que se aprobó de forma unánime en el gobierno pasado y que el presidente Boric promulgó. Es decir, modelos de corresponsabilidad es lo que corresponde.