22 de noviembre 2024

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Los germanos lo tuvieron todo para masacrar a Japón. Pero perdonaron y los nipones dieron vuelta el duelo en ocho minutos. Ahora el cuatro veces campeón mundial camina por la cornisa.

Por JOSÉ ROGGERO / Fotos: FIFA


Lo hizo de nuevo. También para mal. Tal como en Rusia 2018, Alemania volvió a perder en su estreno mundialista. Derrota 1-0 contra México hace cuatro años, debacle 2-1 contra Japón este miércoles en Qatar.

¿Hará de nuevo un papelón o se recuperará de esta derrota y seguirá progresando en el torneo?

Es la incógnita que agobia a un país que ha llegado al Mundial con la ambición de campeonar por quinta vez e igualar así a Brasil como pentacampeón.

El problema es que después de conquistar su cuarta copa mundial en Brasil 2014, el transitar de la Mannschaft ha sido dubitativo, frustrante. Puede enamorar y defraudar de un momento a otro, como en el pasado mundial, cuando quedó eliminada en primera fase.

En el último tiempo su único mérito fue haber clasificado fácilmente a Qatar, pero encabezando un grupo de esos en que es llegar y abrazarse. En el intertanto hizo una decepcionante Eurocopa 2020, cayendo sin apelación alguna en octavos de final ante Inglaterra, y después una horrorosa Liga de las Naciones llegando tercera en su grupo.

Lo de este miércoles en el estadio Jalifa fue una corroboración de este ciclo pendular.

Su primer tiempo fue más que satisfactorio. Controló el juego y se creó varias ocasiones de gol. Así fue que abrió la cuenta gracias al tanto de penal del volante de origen turco Ilkay Gündogăn. En la segunda etapa mantuvo su dominio. Y las ocasiones marradas. Hasta que en el minuto 73 Japón tuvo su primera ocasión, salvada por el portero Manuel Neuer. Fue el inicio del huracán nipón. Tres minutos después Neuer volvió a manotear, pero ahora el rebote le quedó a Ritsu Doän para el empate. Y ocho minutos más tarde un contragolpe de Takuma Asano culminó con un misilazo letal al primer palo.

Lo malo para Alemania es que ahora su vida pende de un hilo. Este domingo deberá vérselas con una España deslumbrante y desenfadada que tras su imponente 7-0 sobre Costa Rica buscará abrochar de inmediato su clasificación. A los del DT Hansi Flick ni siquiera les sirve un empate porque Japón perfectamente puede vencer a Costa Rica y llegar a seis puntos inalcanzables. A España, en cambio, sí le viene bien la igualdad porque después debería imponerse en el partido final contra Japón.

O sea, es el todo o nada. Pero será muy difícil para Alemania. El último duelo con España, el 17 de noviembre de 2020, por la Liga de las Naciones, lo perdió por goleada. Fue un 6-0 que sirvió para que el novel equipo de Luis Enrique empezara a creer que la reconstrucción del campeón mundial de 2010 era posible.