26 de abril 2024

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  • La decisión fue tomada por las autoridades francesas para evitar disturbios previos al partido entre Nantes y Toulouse, que se juega esta tarde en París

Por El Ágora


La prefectura de París prohibió las acciones sindicales de protesta contra la reforma de las pensiones que habían sido convocadas para hoy, antes de la final de la Copa de Francia que se disputará en la capital francesa entre el Nantes y el Toulouse.

La decisión que fue divulgada anoche prohibió la concentración convocada por varios sindicatos en las inmediaciones del Estadio de Francia, en Saint Denis, al norte de París.

La concentración tenía como objetivo distribuir octavillas entre los espectadores, pero también silbatos y tarjetas rojas para que el público los usara para protestar contra el presidente Emmanuel Macron durante el partido.

Un responsable del sindicato CGT, el segundo más importante del país, anunció la presentación de un recurso judicial, con la solicitud de medidas cautelares, en defensa de las libertades fundamentales.

Los sindicatos habían anunciado que planeaban distribuir 10 mil silbatos y 30 mil tarjetas rojas. Estas últimas, con la inscripción «Tarjeta roja a la jubilación a los 64 años», serían mostradas en las gradas cuando Macron, antes del inicio del encuentro, bajara al césped a saludar a los dos equipos.

Se espera, sin embargo, que la manifestación contra el mandatario galo se produzca sin necesidad de una «ayuda» de los sindicatos, máxime si ayer la agencia de calificación crediticia Fitch rebajó la solvencia de la deuda de Francia un escalón, de «AA» a «AA-«, tras argumentar que las «métricas fiscales del país son más débiles que las de sus pares».

«Las finanzas públicas, y en particular el alto nivel de deuda pública, son un punto débil de la calificación”, dijo Fitch en un comentario sobre su acción de calificación, y agregó que la perspectiva del país era estable, pero con un estancamiento político y con movimientos sociales (a veces violentos), que plantean un riesgo para la agenda de reformas del presidente Emmanuel Macron y podrían crear presiones para una política fiscal más expansiva o una reversión de las reformas anteriores».

El comentario advertía de que «unas perspectivas de crecimiento económico materialmente más bajas y una competitividad debilitada” podrían contribuir a una nueva rebaja de la calificación, al igual que “un aumento grande y persistente del endeudamiento público».

Con la popularidad cayendo en picado tras la firma de la reforma de las pensiones, que desató protestas en todo el país, Macron se ha fijado un objetivo de 100 días para relanzar su segundo mandato.