8 de diciembre 2024

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La disyuntiva de Mauricio Pochettino será la de todos los entrenadores que han dirigido a Messi: ¿construir el equipo en función de él o involucrar el brillo del argentino en un sistema?

Por SERGIO GILBERT J. de El Ágora.

La llegada de Lionel Messi a Paris Saint Germain, un club que ha tenido un despegue institucional potente desde que el dinero proveniente de los negocios petrolíferos de Qatar comenzó a gastarse a manos llenas, no tiene más significado que uno solo: el club francés decidió apostar todas sus fichas a ganar esta temporada la Champions League.

No hay doble lectura en esto. Si el PSG no gana el título de Europa esta temporada, la palabra fracaso retumbará fuerte. Y claro, más de alguna cabeza rodará en las lujosas oficinas del club de la capital francesa.

Pero, ¿de verdad es posible que PSG no sea campeón de la Champions con el tremendo equipo que logró formar este año?

Por cierto. Esa es la magia del fútbol.

Porque para ganar, está más que claro que no basta con gastar cientos de millones de euros como lo ha hecho este año PSG. Se requiere, además, trabajo y compromiso de los jugadores, sapiencia del DT y una dosis de fortuna que, en muchas ocasiones puede ser el gran factor que determine la opción del éxito.

Claro, PSG parte con una ventaja grande: logró formar un equipo de historieta liderado por Messi. Parecido a Barrabases, con Pirulete a la cabeza, o similar a la serie japonesa Campeones, con Oliver y Benji como estandartes.

En teoría, si uno va imaginando el equipo que PSG pondrá en la cancha con el italiano Donnarumma al arco, el español Ramos liderando la defensa, el brasileño Marquinhos correteando en el mediocampo para que Messi, Neymar, Di María y Mbappé hagan de las suyas en la delantera, en realidad pareciera que es imposible que cualquier otro rival pueda hacerle siquiera algún daño.

Pero no, hay que considerar otros factores para pensar que sí habrá batalla y que PSG no la tendrá tan fácil como pareciera.

La constelación de estrellas siempre trae aparejada la opción de una lucha de egos que puede desbordarse. Es cierto que comercialmente hablando nadie puede aspirar siquiera a hacerle mella a Messi. Pero ninguno de sus compañeros que valen millones de euros en el mercado querrá ser un simple gregario. Es obvio que en algún momento puede que haya roces y, con ello, peligrosos distanciamientos.

También es necesario considerar la capacidad que tendrá el DT para encontrar el mejor funcionamiento colectivo. La disyuntiva de Mauricio Pochettino será la de todos los entrenadores que han dirigido a Messi: ¿construir el equipo en función de él o involucrar el brillo del argentino en un sistema?

No es una problemática fácil de resolver más aún considerando que Pochettino ha dado muestras de que en instancias de mayor estrés competitivo tiende a nublarse…

Por último, no es menor el hecho de que PSG tendrá rivales quizás con menos peso individual, pero con mayor tonelaje de equipo. Chelsea, el actual campeón de la Champions se convirtió en un equipazo desde que llegó el alemán Tuchel (proveniente de PSG); Manchester City tiene un funcionamiento y un sello con Guardiola; Bayer Munich con su nuevo DT Nagelsmann es una incógnita interesante de resolver; y Real Madrid, con Ancelotti de regreso es un candidato lógico.

Sí, claro. Nada de ello disminuye el favoritismo que hoy parece tener el PSG de Messi y compañía.

Pero vaya que nada está escrito en piedra…