Durante esta semana, Bélgica, país europeo, anunció oficialmente la reducción de la jornada laboral a 4 días por semana. De esta forma, los empleados belgas podrán solicitar que sus 38 horas semanales se concentren en un día menos. La reforma impulsada por la coalición en el poder incluye el “derecho a la desconexión”, con el que los trabajadores podrán ignorar mensajes de sus jefes en sus días libres, sin temor a represalias.
Un hecho que parece distante en nuestro país, y que sin embargo puede encaminarse a aquello ya que el gobierno entrante tiene entre sus prioridades sacar adelante el proyecto de reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, para así acercarnos un poco a la realidad belga y de otros países europeos.
Veritas Capitur consultó a Pablo Zenteno, quien es abogado, master en relaciones del trabajo y parte del equipo de la Fundación Instituto de Estudios Laborales (FIEL), para que nos explicara por qué en Bélgica se ha podido llevar a cabo esta medida, y entre las principales razones, apunta a que viven un modelo de relaciones laborales democrático con altas tasas de sindicalización. También señala la amplia cobertura de las negociaciones colectivas y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores.
“Desde esa perspectiva, a Chile le queda mucho por avanzar. Por lo que el proyecto de 40 horas semanales es “una muy buena oportunidad para avanzar hacía sistemas donde los derechos laborales sean reconocidos”.
En el plano local, quisimos conocer la realidad de los trabajadores organizados y aquella instancia oficial se encuentra en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). El Secretario General de la CUT, Erick Campos, explicó a Veritas Capitur que esta medida es difícil de implementar puesto que, según observa, existe una “permanente amenaza” de parte de los empresarios quienes argumentan que “con menos horas, se haría más caro el trabajo y por tanto habría menos empleos”. Cuestión que el Secretario general de la CUT descarta, ya que con la reducción de horas “se mejora la calidad de vida”, y agrega que “con jornadas más cortas, se requiere generar más puestos de trabajo formal”. Para ello “el apoyo del Estado es fundamental” especialmente en el caso de las pymes, porque se requiere flexibilizar para cubrir más demanda de trabajo. “Los trabajadores pueden negociar jornadas especiales vía sindicatos”, sin embargo “muchos empresarios desechan esa posibilidad porque es parte de una negociación en que hay que ceder”.
Tal como indicaba el Secretario General de la CUT, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas es fundamental y, ciertamente, uno de los argumentos en contra de la reducción de la jornada que ha sido esgrimido por el gobierno, haciendo relación al impacto que generaría esta medida en las Pymes.
Por esta razón conversamos con Héctor Sandoval, quien es el presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Chile (CONAPYME) quien observa que para implementar esta medida en las pymes, se requiere primero darle estabilidad económica con ayudas financieras por parte del Estado. Ya que a su juicio, “la productividad (de Bélgica) no es la que tenemos en Chile, como tampoco la participación de las pymes en el mercado”.
De acuerdo al presidente de la CONAPYME, “hace una década teníamos una participación de un 23% a un 24%, en el último año estuvimos en un 13% y hoy día no creo que lleguemos al 10%”. Para Héctor Sandoval, es importante tener en consideración esta parte de la realidad al momento de plantear el proyecto de las 40 horas semanales, ya, a su juicio, “aumentar las rentas o rebajar la jornada” conduce a la “informalidad”.
Por su parte, Roberto Rojas, presidente Confederación Nacional de la Pequeña Industria y Artesanado de Chile (CONUPIA), respalda la medida a pesar de los costos. Cree que es más importante la mejora en la calidad de vida, ya que, los costos de traslado en tiempo y dinero impactan en el bienestar de los trabajadores. Sin embargo, señala que tiene que ser gradual para las pyme, tal como se lo han prometido algunos parlamentarios que han impulsado el proyecto. De concretarse, el Presidente de CONUPIA señala que se hará progresivamente durante un plazo de al menos cinco años.
Finalmente, el proyecto de reducción de las 40 horas laborales se encuentra “durmiendo” en el Congreso desde hace dos años. Una iniciativa impulsada por la futura vocera de gobierno, Camila Vallejo, y que la nueva ministra del trabajo, Jeanette Jara, ha señalado como una de las prioridades de la administración entrante.
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