Los socialdemócratas alemanes lideran por estrecho margen las elecciones legislativas de este domingo 26, que marcan el final de la era Merkel, pero el país se prepara para un largo período de incertidumbre sobre la sucesión de la canciller.
Liderados por el ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, los socialdemócratas del SPD tendrían entre el 25,7% y el 26% de los votos, mientras que la alianza conservadora de Angela Merkel de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su aliado bávaro, la CSU, encabezada por Armin Laschet, tendría alrededor del 24,5% de los votos, según estimaciones publicadas por las cadenas de televisión.
Scholz dijo que fue un “gran éxito” y dijo que “muchos ciudadanos […] quieren un cambio de gobierno” y que él sea “el próximo canciller”.
Pero los conservadores, a pesar del resultado «decepcionante», también planean formar el próximo gobierno, advirtió Armin Laschet.
«Haremos lo que podamos para construir un gobierno dirigido por la Unión» CDU-CSU, aseguró el candidato demócrata cristiano.
Las elecciones produjeron resultados muy divididos y, por tanto, las dos formaciones mayoritarias necesitarán el apoyo de otros dos partidos para formar una coalición con suficiente peso para gobernar. Esto no ha sucedido desde la década de 1950.
Además, esta competencia podría hundir a la primera economía europea en un largo período de parálisis política mientras duren las negociaciones entre las partes.
Tanto Olaf Scholz como Armin Laschet han dicho que quieren que las conversaciones terminen «antes de Navidad». Sin embargo, después de las últimas elecciones, en 2017, se necesitaron más de seis meses para llegar a un acuerdo y formar la actual gran coalición de conservadores y socialdemócratas.
Para los demócratas cristianos, las «pérdidas son amargas», admitió el número dos de la CDU, Paul Ziemak. Su partido nunca había estado por debajo del 30% de los votos. En 2017 obtuvo el 32,8%.
En cualquier caso, los resultados que se están gestando en Alemania apuntan a un inesperado renacimiento del Partido Socialdemócrata, considerado moribundo hace apenas unos meses. Los resultados de la encuesta fueron recibidos con alegría en la sede del partido en Berlín.
Sin embargo, la mayoría de los votantes votaron por correo y, por lo tanto, estas estimaciones podrían cambiar de la noche a la mañana a medida que avanza el conteo.
Pero todo apunta a que los demócratas cristianos sufrirían un revés sin precedentes, que podría complicar la sucesión de Angela Merkel dentro del partido.
Un resultado inferior al 30% sería una “catástrofe”, según el diario Bild.
Tal caída también ensombrecería el final del mandato de Merkel, quien, a pesar de seguir siendo muy popular al final de cuatro legislaturas, parece no haber podido preparar su sucesión.
¿Quién tendrá la llave del gobierno?
Los Verdes, liderados por Annalena Baerbock, que durante un tiempo aparecieron como favoritos, obtendrían, según las encuestas, el 14,8% de los votos. Así, batieron su récord de 2009 (10,7% de los votos) y avanzarían seis puntos con relación a las elecciones de 2017.
Los liberales del FDP, por su parte, serían cuartos, con alrededor del 11,5% de los votos, lo que les daría la llave del gobierno y convertiría al partido en un actor inevitable en la formación de una futura coalición.
Los ultraderechistas de la AfD, a su vez, cuya llegada al Bundestag en las elecciones de 2017 fue muy comentada, confirmarían su permanencia en el tablero de ajedrez político en Alemania. Sin embargo, con un 10% a un 11% de los votos, este partido islamófobo, debilitado por problemas internos, registraría un ligero retroceso respecto a elecciones anteriores (12,6%).
Si se confirma la tendencia, Scholz podría estar en condiciones de suceder a Merkel y hacer el “cambio” que prometió al final de su campaña.
Sin embargo, tendrá que formar una coalición tripartita, algo nunca visto en la historia contemporánea de Alemania. Aproximadamente el 55% de los alemanes prefieren esta opción, según una encuesta de ZDF.
Los Verdes se reservan la posibilidad de aliarse tanto con el SPD como con la derecha, afirmando que lo que quieren, sobre todo, es impulsar su programa de lucha contra el cambio climático.
¿Se puede retrasar la salida de Merkel?
La opción de una coalición puramente de izquierda, por el contrario, parece fuera de discusión, ya que la izquierda radical de Die Linke tuvo un resultado demasiado bajo, según las estimaciones.
Lo que parece claro es que las conversaciones retrasarán la salida de Merkel, de 67 años, que pasó más de tres décadas en política.
Después de una campaña caótica, empañada por errores, Laschet, que parece ser el gran perdedor de la noche, tendrá que ser muy persuasivo. Su último tropiezo: al emitir su voto, mostró la boleta a las cámaras, rompiendo la regla de que el voto debe ser secreto.
El fin de la era Merkel podría resultar en una nueva guerra de jefes de la derecha alemana, en la que el liderazgo de Laschet podría ser cuestionado ocho meses después de su elección.
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