23 de septiembre 2025

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que designa a Antifa como «una organización terrorista doméstica», una medida que algunos expertos consideran carece de autoridad legal.

«El presidente Donald J. Trump tiene razón: el problema de la violencia está en la izquierda. Por eso acaba de designar a Antifa -una red de terroristas de izquierda radical que buscan derrocar al Gobierno mediante la violencia y la agitación- como una organización terrorista doméstica», señaló la Casa Blanca en un documento.

El texto también enumera ejemplos del «largo historial del movimiento de aterrorizar a nuestras comunidades», incluyendo ataques contra agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU., policías, asistentes a eventos políticos conservadores y simpatizantes de Trump.

La orden instruye al Gobierno federal a «investigar, interrumpir y desmantelar todas las operaciones ilegales» llevadas a cabo por Antifa o cualquier persona que afirme actuar en su nombre. También pide «las acciones de investigación y enjuiciamiento necesarias contra quienes financien dichas operaciones».

«El terror de Antifa forma parte de la tendencia de violencia de izquierda radical que ha permeado la nación en los últimos años, incitada por constantes mentiras y ataques feroces contra los republicanos por parte de políticos demócratas desequilibrados, organizaciones izquierdistas bien financiadas y sus aliados en los medios», añade el documento, que también afirma que el activista conservador Charlie Kirk fue asesinado por un «terrorista de izquierda radical».

«No existe autoridad legal para designar realmente a un grupo doméstico como organización terrorista, incluso suponiendo que Antifa sea una organización y no solo una ideología», señaló Mary McCord, exjefa interina de la división de seguridad nacional del Departamento de Justicia, citada por The New York Times.

Un informe de The Washington Post también destacó que Estados Unidos no tiene mecanismos legales para designar grupos terroristas nacionales, y agregó que expertos expresaron preocupación de que la medida pudiera usarse para justificar una represión más amplia contra la izquierda política.

Durante su primer mandato en 2020, Trump también anunció que designaría a Antifa como «una organización terrorista», en gran parte como respuesta a las protestas y disturbios nacionales que estallaron tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía. Pero no se tomó ninguna acción concreta.

Trump firmó la última orden ejecutiva en medio de un acalorado debate interno sobre la violencia política tras la muerte de Charlie Kirk.

En respuesta al argumento de los demócratas de que tanto la izquierda como la derecha participan en violencia política, Trump afirmó recientemente que «la mayor parte de la violencia proviene de la izquierda».